El tiempo en: Aljarafe
Jueves 14/11/2024
 
Publicidad Ai
Publicidad Ai

Sevilla

La DGT instala 28 radares móviles en la provincia

Serán visibles en la medida de lo posible y se instalarán en vías secundarias. Se unen a los 33 radares fijos que ya existen en las carreteras sevillana. Se establecen tramos de “tolerancia” con la velocidad para las multas

Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai
  • Plano indicativo -

El conductor sevillano ya puede extremar la precaución en las carreteras con más accidentes de Sevilla, donde la DGT ha hecho pública la ubicación de 28 radares móviles, que se unen a los 33 fijos que ya existen. Su objetivo es reducir la siniestralidad en los tramos de carreteras secundarias considerados negros por el número de accidentes, por ejemplo, la N-IV, donde se instalarán y para ambos sentidos, tres de estos dispositivos.

Además de la Nacional IV, los tramos de carreteras en los que habrá radares móviles incluyen gran parte de las secundarias que transitan por las sierras Norte y Sur, además de la que comunica la A-66 con la Sierra de Huelva. También habrá radares en las principales arterias secundarias del Bajo Guadalquivir y buena parte del área metropolitana y del Aljarafe.

Las carreteras que unen poblaciones medias y, sobre todo, las que se encuentran entre la autovía a Madrid y la de Málaga, están señalizadas en negro por la DGT, algunas incluso con radares móviles que reforzarán a fijos ya existentes, como es el caso de la A-8006 (la carretera de Alcalá del Río), A-8058 (la de Coria del Río) y N-433 (la que nos comunica con la Sierra de Huelva).

Según la DGT, la ubicación de los radares móviles así como la peligrosidad de las vías se ha fijado tras analizar el número de accidentes graves, con víctimas mortales o heridos que necesitaron hospitalización; el número de accidentes en general, y la información de la velocidad media de circulación en los tramos.

Los radares móviles serán visibles para los conductores, salvaguardando la seguridad de los agentes, de modo que su presencia sirva como medida de disuasión y prevención. La finalidad que se busca a través de la vigilancia y control de la velocidad es que los conductores respeten los límites de velocidad establecidos en general, y en particular en aquellos tramos identificados como potencialmente más peligrosos y no la denuncia.

Aunque los límites de velocidad hay que cumplirlos siempre y de forma estricta, apunta Tráfico, sí que se han establecido unos “límites de tolerancia” a partir de los que el radar denunciará al conductor.
Por ejemplo, si en una carretera el máximo de velocidad es de 100km/h, la activación del cinemómetro será en 109km/h, mientras que si está fijada en 120, el radar multará en 131km/h.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN