El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, indultó anoche a seis opositores, entre ellos el excandidato presidencial Nikolái Statkévich, en medio del creciente deshielo con Occidente.
"Guiándose por el principio de humanismo, el presidente de Bielorrusia ha decidido indultar y liberar a Nikolái Dedka, Ígor Olinevich, Nikolái Statkévich, Yevgueni Vaskovich, Artiom Prokopenko y Yuri Rubtsov", informó la agencia oficial BELTA.
Los seis liberados eran considerados presos políticos por la Unión Europea (UE), que había demandado insistentemente a Lukashenko su liberación antes de las elecciones presidenciales del 11 de octubre.
Todos esos opositores fueron detenidos junto a más de 600 manifestantes durante los violentos disturbios que estallaron en Minsk en diciembre de 2010 tras unas controvertidas elecciones presidenciales.
Lukashenko, que se presentará a la reelección tras 21 años en el poder, había adelantado en las últimas semanas que estaba sopesando la liberación de varios opositores como gesto de buena voluntad hacia Occidente.
Statkévich, de 59 años y que fue condenado en mayo de 2011 a 6 años de cárcel por organizar los violentos disturbios postelectorales de diciembre de 2010, se manifestó sorprendido por su liberación.
"Sobra decir que yo no pedí perdón. Nunca lo haría. No esperaba que Lukashenko me liberaría antes de las elecciones", dijo a la prensa local.
En su momento, Lukashenko, considerado el último dictador de Europa por la UE y EE. UU., calificó los disturbios postelectorales de intento de golpe de Estado y adelantó que la oposición sería castigada con todo el peso de la ley pese a las presiones occidentales.
Recientemente, la UE excluyó a 24 bielorrusos de la lista de sancionados, entre ellos ministros, jueces, rectores de universidad, empresarios, periodistas de medios estatales y antiguos altos funcionarios.
Al mismo tiempo, decidió prorrogar el resto de sanciones contra Minsk hasta finales de octubre, es decir, después de las elecciones, aduciendo que no todos los presos políticos habían sido liberados o rehabilitados y que la situación de los derechos humanos no ha mejorado sustancialmente.
