Las autoridades de Austria confirmaron hoy que durante el fin de semana ha recibido al menos 14.000 refugiados de guerra, que llegaron desde Hungría para cruzar la república alpina en su camino hacia Alemania.
A su vez, el canciller federal austríaco, Werner Faymann, anunció que de forma gradual se terminará pronto con ese corredor hacia el vecino germano, que ha paliado, aunque sea solo de forma temporal, la crisis migratoria en Hungría.
"Paso a paso, debemos volver de una medida de emergencia hasta una normalidad que sea conforme a la ley y digna para las personas", señaló el mandatario austríaco en un comunicado, sin precisar cuándo se terminará la libertad de movimiento en la frontera.
Previamente, Faymann había acordado la postura con su homóloga alemana, Angela Merkel, y había hablado también con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
"Siempre dijimos que se trata de una situación de emergencia en la que tenemos que actuar rápidamente y humanamente", señaló el jefe de Gobierno austríaco.
Una portavoz de la cancillería explicó en Viena que este anuncio significa que la policía austríaca volverá a controlar de forma aleatoria a los inmigrantes que quieran pasar la frontera.
De acuerdo con la legislación comunitaria, los refugiados deben pedir asilo en el país de entrada en la Unión Europea (UE) y solo pueden moverse libremente por el espacio Schengen, de libre circulación, si disponen de los papeles y permisos para ello.
Por otra parte, Faymann insistió hoy una vez más en la necesidad de una solución europea a este problema, es decir, repartir a los refugiados entre todos los países de la Unión Europea.
"La UE se encuentra ante su desafío más grande. En realidad aún debe ganarse el premio Nobel de la paz", concluyó el canciller austríaco en referencia al galardón que la UE recibió en 2012.
Unos estimados 350.000 refugiados de Oriente Medio y África han llegado en lo que va de año a Europa, la mitad de ellos por la "ruta balcánica" que termina en Hungría, un país miembro de la zona Schengen.
Sin embargo, ante las malas condiciones humanitarias para los asilados y la bajísima tasa de reconocimiento de asilo, casi todos los refugiados prefieren salir de Hungría para llegar a un país más próspero de Europa, especialmente Alemania.
Austria espera para este año unas 80.000 peticiones de asilo político, mientras que Alemania prevé unas 800.000, frente a pocas decenas de miles en otros países europeos.
Otro país que también asume un número elevado de refugiados es Suecia, un tradicional destino para asilados.
Ante esta situación, ha crecido la división en el seno de la UE entre aquellos países que abogan por un reparto obligatorio de los inmigrantes y los que defienden una distribución voluntaria y la normativa vigente, que prevé que se hagan cargo los países donde entran los asilados.
Y mientras que los políticos anunciaron un pronto retorno a la normalidad en la frontera, seguían llegando hoy miles de refugiados a la zona de acogida en Nickelsdorf y en las principales estaciones de tren de Austria, siempre de camino hacia Alemania.
Desde primeras horas de la madrugada de hoy, cientos de refugiados cruzaron la frontera, primero a pie y más tarde ya directamente en trenes regionales desde la ciudad de Hegyeshalom, donde acudieron desde otros puntos de Hungría.
El Gobierno húngaro dejó de ofrecer autobuses a los refugiados pero al mismo tiempo tampoco impidió que se suban a los trenes regionales para llegar a la frontera con Austria.
La estación de Budapest Keleti, que en los últimos día había sido un hervidero de gente, se vació hoy temporalmente.
Por eso las autoridades austríacas esperaban hoy la llegada de varios miles de personas más antes de la medianoche.
Así, al final de esta operación el número total de refugiados trasladados de Hungría a Alemania en menos de dos días podría alcanzar unas 17.000 personas, según estimaciones hechas hoy por la policía germana.