El hombre, quien al parecer estuvo acudiendo con su pareja a la vivienda con la intención de arreglar el piso y ocuparlo, habría amenazado en más de una ocasión con tirarse desde la ventana, al parecer por problemas con la que era su pareja.
Finalmente, y tras provocar varios episodios de nerviosismo entre los vecinos, decidió supuestamente prender fuego a un sofá de la vivienda una madrugada de 2003, tras lo que tuvo que llevarse a cabo el desalojo del edificio.
Sin embargo, los vecinos que vivían en enfrente del acusado se quedaron rezagados. Según el padre, cuya esposa acudió ayer como testigo, "no escuchamos ni notamos nada hasta que yo me levanté a las cuatro de la madrugada y vi por la ventana a los bomberos y la Policía, mientras me decían que cerrase todas las puertas".
Sin consecuencias
Afortunadamente, no hubo heridos a consecuencia del incendio, que quedó extinguido poco después. Sin embargo, la azotea y las escaleras interiores del edificio, en el que conviven seis familias, se vieron afectados por efecto de las llamas y el humo, y fue necesario realizar cuantiosas reparaciones.