El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, exigió hoy a los Estados miembros de la UE que reubiquen a 120.000 refugiados llegados a Italia, Grecia y Hungría, que se suman a los 40.000 que propuso en mayo, e insistió en que el reparto debe tener un carácter "obligatorio".
El jefe del Ejecutivo comunitario propuso además la creación de un fondo fiduciario de emergencia de 1.800 millones de euros para ayudar a África y atajar la inestabilidad de la región y las causas de la inmigración ilegal, así como una lista de países de origen seguros para agilizar el proceso de gestión de demandas de asilo.
"Hoy proponemos un segundo mecanismo de emergencia para reubicar a otras 120.000 personas de Italia, Grecia y Hungría. Esto tiene que hacerse de manera obligatoria", señaló Juncker en su primer discurso sobre el "estado de la Unión" en el pleno del Parlamento Europeo (PE) en Estrasburgo.
El presidente de la CE recordó que esos 120.000 se suman a los 40.000 propuestos en mayo, por lo que al final se trata de reubicar a 160.000 refugiados, una cantidad que en cualquier caso queda aún lejos de las 500.000 personas que Juncker aseguró que han llegado a Europa en busca de protección internacional desde principios de año.
"Pido a los Estados miembros que adopten las propuestas de la Comisión sobre la reubicación del total de 160.000 refugiados en el Consejo extraordinario de ministros del Interior del 14 de septiembre", añadió.
Juncker presentó también hoy un mecanismo permanente de reubicación de refugiados, que permitirá en el futuro gestionar crisis similares a la actual de manera más rápida.
Respecto al fondo fiduciario de emergencia, Juncker precisó que comenzará con 1.800 millones de euros procedentes de los recursos financieros comunes de la UE, y que estará dirigido a hacer frente a las causas de la desestabilización, los desplazamientos forzados y la inmigración ilegal desde el Sahel, el Cuerno de África y el norte de África.
Sobre la lista de países seguros, a los que en principio no les corresponde la concesión de asilo porque sus ciudadanos no corren peligro, Juncker explicó que solo se trata de una simplificación procedimental que en ningún caso priva del acceso a la protección internacional de estos estados, que incluyen a Albania, Macedonia, Montenegro, Serbia, Turquía, Bosnia-Herzegovina y Kosovo.
El político luxemburgués recalcó también la necesidad de habilitar vías legales de inmigración porque Europa es un continente envejecido, cuya población se reduce, y adelantó que la Comisión va a presentar un plan en este sentido a principios de 2016.
Subrayó asimismo que hay que reforzar la Agencia Europea de Fronteras Exteriores (Frontex) para convertirla en un verdadero sistema de guardias fronterizos y costeros.
El presidente comunitario reconoció que Europa no puede acoger a todo el mundo, pero hizo hincapié en que los refugiados sólo representan el 0,11 % de la población de la UE, mientras que en un país como el Líbano llegan al 25 %.
"¿Quiénes somos para hacer este tipo de comparaciones?", preguntó.
Juncker se dirigió también a los Estados miembros y pidió que todos los refugiados puedan tener derecho al trabajo y al estudio desde el momento en que llegan a Europa, incluido el tiempo en el que aún se estudia su solicitud.