La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, presentará hoy el balance del Año Albéniz, organizado desde la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), y un “pack” de textos y DVD, que se distribuirá en centros educativos y culturales y que incluye el documental Isaac Albéniz, el color de la música.
Pero el acto más emotivo será el que se celebre en el Cementerio de Montjuic (Barcelona), donde Albéniz (Camprodón, 29 de mayo de 1860- Cambó les Bains, 18 de mayo de 1909) fue enterrado en una multitudinaria ceremonia, contradiciendo su diagnóstico de que España vivía en una “petulante ignorancia”.
Ante esa “piedra levantada, sobre hierbas de muerte y barro oscuro” que es su tumba, habrá una ofrenda floral, Nuria Espert leerá los versos del epitafio que le dedicó García Lorca y, posteriormente, la pianista Rosa Torres-Pardo, especialista en el compositor, interpretará en el Palacete Albéniz Iberia.
Esa, la suite Iberia, un “milagro de innovación, emoción y sinceridad” que fue el “testamento” musical de Albéniz, es, precisamente, la piedra de toque que divide a unos y otros sobre la idoneidad de los actos programados.
“Mis peores presagios se han visto sobrepasados”, asegura a Efe el director y compositor José de Eusebio, que desde hace 9 años, se dedica a investigar y sacar a la luz al Albéniz escénico y sinfónico.
