Los talibanes pidieron hoy a las organizaciones humanitarias y a los "países ricos" que "no escatimen" en ayuda a las víctimas del seísmo que sacudió el lunes el remoto noreste de Afganistán, donde muchas zonas están bajo control insurgente, y que ha causado al menos 84 muertos en el país.
"El Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes) pide a todas las organizaciones humanitarias y a los países ricos que no escatimen en ayudas a las víctimas del terremoto con refugios, alimentos y medicinas", afirmaron los insurgentes en un comunicado.
Los talibanes aseguraron que han ordenado a todos los insurgentes que se encuentran en las zonas afectadas por el seísmo que "se esfuercen al máximo en la ayuda a las víctimas y allanen el camino y asistan a las organizaciones humanitarias" que acudan a la zona.
El portavoz talibán, Zabihullah Mujahid, adelantó ayer a Efe que intentarían "parar los combates y operaciones en todas esas zonas en las que se necesita asistencia", aunque precisó que debaten si también permitirán el paso de los envíos del Gobierno afgano.
Los insurgentes controlan total o parcialmente distritos como Wardooj, Yamgan o Juram en la provincia de Badakhshan, donde se registró el lunes el epicentro del terremoto de 7,5 grados en la escala de Richter que ha causado al menos 84 muertos en Afganistán.
El seísmo también afectó seriamente el noroeste del vecino Pakistán, donde murieron al menos 231 personas y otras 1.652 resultaron heridas, lo que eleva el número total de víctimas en la región a 315.
Este seísmo es el de mayor intensidad en la zona del Sur de Asia, un área de alta actividad sísmica, desde que en abril un terremoto de 7,8 puntos en la escala Richter en Nepal causó cerca de 9.000 muertos.