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Jaén

El alcalde se va entre la indiferencia colectiva

La crisis económica y su carácter huidizo han lastrado su gestión

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  • En su última investidura -

El alcalde de Jaén, José Enrique Fernández de Moya, deja hoy su cargo en el transcurso de un pleno ordinario del Ayuntamiento. Deja el puesto tras haber permanecido en él 1.623 días (algo más de cuatro años y cinco meses) y convirtiéndose en el primer regidor de la democracia (de los seis que ha tenido Jaén) que deja su puesto antes  del final del mandato, y sin verse forzado por su partido. Lo hace por voluntad propia al presentarse como cabeza de lista del PP al Congreso de los Diputados, pero también tras haber encontrado una puerta de salida que venía buscando desde hace más de un año, cuando ya amagó con dejar la Alcaldía para enrolarse en la dirección del PP andaluz. La gestión de Fernández de Moya (que dejará su puesto al actual edil de Urbanismo, Javier Márquez) ha estado marcada por la situación de quiebra de las arcas municipales, pero también por su carácter huidizo y su particular estilo personalista de hacer política. Solo el grupo del PP en el Ayuntamiento (tirando de guión político) ha valorado su etapa al frente del Ayuntamiento, mientras que en su marcha se ha instalado la indiferencia colectiva de la ciudadanía. Los principales hitos que han salpicado su gestión han sido los siguientes:
-Un Ayuntamiento en quiebra.- Se ha cansado de decirlo una y otra vez: “el Ayuntamiento está en quiebra, y si fuera una empresa hubiera tenido que cerrar sus puertas”. Fernández de Moya se ha estado escudando durante toda su etapa en la “herencia recibida” del anterior gobierno de PSOE e IU que, según el PP, dejó una deuda superior a los 400 millones de euros. Sin embargo, la oposición municipal asegura que la deuda actual supera los 600 millones de euros. Es decir, pese a que se ha reducido el gasto en varios capítulos la deuda municipal no ha parado de crecer. Y ello, en gran medida, por las nuevas medidas de liquidez a las que ha tenido que recurrir el gobierno local para poder pagar las nóminas de los más de 1.400 empleados municipales. Aunque el alcalde ha calificado al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, como el “gran aliado” del Ayuntamiento gracias a esas medidas y a los tres planes de pago a proveedores aprobados, lo cierto es que el Ministerio de Hacienda también ha certificado que el Consistorio jienense es el más endeudado por habitante de las capitales españolas y está formalmente en situación de quiebra y, en la práctica, intervenido. El alcalde tampoco ha podido culminar la polémica  municipalización de Onda Jaén y Epassa.
-Sin tranvía y con PGOU.- La sombra del tranvía ha perseguido a Fernández de Moya desde que, en la campaña electoral de 2011, dijo en VIVA JAÉN  que no se montaría en el tranvía, un proyecto del que siempre ha renegado. Tanto es así que en 2013 entregó las llaves a la Junta y ha sido el principal obstáculo que ha dificultado su puesta en marcha tras más de cuatro años de abandono. No deja de ser curioso que, ahora, coincidiendo con su marcha, se abran nuevas expectativas para la reactivación del tranvía, aunque haya tenido que ser con nuevos actores. Por lo demás, en el plano urbanístico el alcalde puede presumir en su haber de haber sido el alcalde que ha aprobado el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que debe marcar el crecimiento de la ciudad en las próximas décadas.  Lo que ocurre es que el nuevo PGOU (cuyo artífice principal ha sido el futuro alcalde, Javier Márquez)  llega sin el consenso político y ciudadano deseado y la incertidumbre de no saber el verdadero impacto que tendrá en el resto de la ciudad el proyectado centro comercial Alvores, que se levantará en Las Lagunillas.
-Micropolítica invisible.- A falta de dinero para embarcarse en proyectos faraónicos, el alcalde vendió desde su primer año en el Ayuntamiento la micropolítica como seña de identidad de su equipo. Sin embargo, esas pequeñas obras no han sido visibles por igual en todos los barrios de la ciudad, como sostienen las asociaciones de vecinos. Eso sí, ha dejado su sello en varias rotondas de la capital, donde han proliferado los monumentos en apoyo a las fuerzas armadas. Además de dejar morir proyectos que tenían la marca PSOE (parque acuático, por ejemplo), Fernández de Moya tan solo ha podido inaugurar como obra más emblemática la remodelación del parque de La Alameda (financiado en gran medida con fondos europeos) aunque también quiso atribuirse como propio el centro de ocio de La Victoria, de capital privado.
-Dependencia en los juzgados.- La etapa de Fernández de Moya al frente de la alcaldía se ha caracterizado también por la confrontación con la Junta de Andalucía. El principal exponente de esa relación crispada ha sido la renuncia a prestar el servicio de la ayuda a domicilio para 500 personas con Dependencia de la capital. Nuevamente, el argumento esgrimido por el alcalde fue la deuda de la Junta, pero a pesar de que el regidor cumplió su amenaza y denunció el convenio (fue el primer alcalde de España que fue tan lejos en ese campo) un juez le enmendó la plana y obligó al Ayuntamiento a seguir prestando el servicio.  La polémica gestión en materia de servicios sociales también ha tenido su traslación en el permanente conflicto de las escuelas infantiles municipales, donde los impagos a los trabajadores son constantes.
-La sombra de los sobresueldos.- En septiembre de 2013, el alcalde de Jaén admitió que, durante siete años, desde agosto de 1999 a abril de 2007, recibió retribuciones como cargo público y otras procedentes del PP de Jaén, aunque defendió que estaban sujetos a la correspondiente retención fiscal y los percibieron “todos” los concejales del PP en el Ayuntamiento de Jaén durante esa época. Además, desde 1999 a 2003 tuvo ingresos complementarios como profesor asociado de la Universidad de Jaén. Fue de los primeros regidores del PP que reconoció haber cobrado unos sobresueldos que tanto erosionaron la imagen del partido tras estallar el caso Bárcenas. Aunque Fernández de Moya deja la alcaldía seguirá como presidente del PP, al menos hasta el próximo congreso provincial de la primavera de 2016. Las incompatibilidades en el PP le fuerzan a tomar una decisión que él no comparte.

Apoyo del PP

a portavoz del grupo popular en el Ayuntamiento de Jaén, Reyes Chamorro, se refirió ayer a la despedida, hoy lunes, de José Enrique Fernández de Moya, del que dijo que “ha sido el mejor alcalde de Jaén en los peores tiempos económicos”. Tras recordar que a su llegada a la Alcaldía en junio de 2011 el PP se encontró “con que el PSOE e IU habían dejado una deuda en el Ayuntamiento de 500 millones de euros”, Chamorro destacó que el alcalde “ha logrado mantener todos los servicios públicos y todo el empleo municipal en unos años muy complicados por la profunda crisis económica y la delicada situación financiera de las arcas municipales” y añadió que "el compromiso de Fernández de Moya y de todo el PP ha sido y seguirá siendo el garantizar la viabilidad del Ayuntamiento".
La portavoz del PP  señaló que "el alcalde seguirá trabajando por y para Jaén ahora desde el Congreso de los Diputados, al igual que lo ha hecho estos más de 4 años desde la Alcaldía”. Chamorro aseguró que "mientras que el alcalde puede hacer balance como la aprobación del nuevo PGOU y traer numerosas inversiones para la ciudad, el PSOE lo único que puede hacer es traer a Susana Díaz a hacer el papelón con Pedro Sánchez”. Mientras, la vicesecretaria general del PSOE, Ángeles Férriz, dijo ayer que De Moya es  “el alcalde a la fuga”  y añadió que “pierde los nervios porque sabe que el 20-D habrá“varapalo para el PP”.

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