Los ocho acusados por su presunta participación en una trata de emisión de carnés de conducir falsos en la Jefatura de Tráfico de Huelva entre 2007 y 2009 han negado durante su declaración en el juicio que pidieran o hicieran favores en ese sentido y han defendido su labor en todo momento.
El principal acusado en la causa, que enjuicia la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Huelva, es el que fuera exjefe de Tráfico durante casi 20 años en Huelva, Andrés Sánchez Buenaposada, que se enfrenta a cinco años y medio de cárcel, por un delito continuado de falsificación en documentos oficiales y otro de prevaricación.
Éste ha negado, a preguntas de la Fiscalía, que, en algún momento, mientras que fuera jefe de Tráfico, pidiera al coordinador de examinadores o éste a él que "aprobara a alguien por la cara".
"Jamás en mi vida le he pedido eso a un examinador, Dios me libre, porque directamente me habría denunciado ya que la relación con la plantilla de examinadores era algo conflictiva", ha dejado claro, precisando que tampoco ha influido en los examinadores para que dieran trato de favor a un examinando.
Ha indicado que había veces que colaboraba con los funcionarios cuando se realizaban exámenes teóricos y con el jefe de Negociado de Sanciones para "agilizar el trabajo", si bien, según lo manifestado, siempre se atuvo a las normas y no se saltó ningún procedimiento.
Además de él han testificado los otro siete acusados, entre ellos un agente de la Guardia Civil que además de negar que alguna vez haya solicitado a algún examinador favores para obtener carnés de conducir, ha desvinculado su condición de guardia civil con los hechos ya que no está en activo desde febrero de 2016.
La negativa de los hechos ha sido también reiterada en las declaraciones del coordinador de examinadores, la secretaria del jefe de Tráfico, la funcionaria de gestión de la caja y tres examinadores, quien han asegurado que "ni han pedido favores ni han hecho nada por beneficiar a nadie".
Uno de estos últimos, concretamente una mujer examinadora desde 2001, ha ido más allá y ha indicado que "ningún compañero de la Jefatura le ha pedido jamás que aprobara a nadie" y que favorecer a alguien durante un examen práctico es "muy difícil" ya que en el coche van dos alumnos y el profesor.
"De darle trato de favor a uno habría que dárselo al otro, si no me denunciarían y, además estaría vendida de por vida con el profesor", ha dicho.
Antes de las declaraciones las defensas de los acusados han pedido la nulidad de las intervenciones telefónicas que dieron lugar a las pruebas de cargo en las que se sustenta la causa.
La Fiscalía se ha opuesto mientras que el tribunal ha decidido resolver esta cuestión en sentencia, después de haber practicado la prueba pertinente durante el juicio.
