La gala de entrega de premios del VII Festival de Teatro Aficionado de Alcalá la Real, organizada un año más por la asociación Alcalá Teatro con la colaboración del Ayuntamiento de Alcalá, se celebraba en la tarde de este sábado, 16 de enero, en el teatro Martínez Montañés. La obra “La memoria callada”, de José Luís Ortega, representada por el grupo Revolera Teatro, de Santiponce (Sevilla), el pasado 7 de noviembre, resultaba la más laureada de esta edición. En concreto, este montaje se hacía con los premios al mejor actor principal, para José Luís Ortega; mejor actor secundario, para Ramón Montero, y mejor actriz secundaria, Patricia Barrera. La obra cuenta la historia de Julián, cuyo deterioro cognitivo condiciona la vida de sus familiares directos, que sufren las consecuencias de una enfermedad irreversible que provoca fricciones entre las personas que lo cuidan. Un escenario en medio del cual Adela se verá obligada a tomar una serie de decisiones. Una emotiva obra dedicada a todas aquellas personas que han sufrido, de manera directa o indirecta, enfermedades como el alzheimer o la demencia senil, y una narración de la experiencia que supone perder un bien tan preciado para cualquier persona como es su memoria.
No obstante, la principal triunfadora de esta edición ha sido “Soliloquio de grillos”, montaje que se ha hecho con los premios a la mejor obra y mejor actriz principal, para Charo Iluminati. La obra de Juan Copete, que ha puesto en escena la compañía Umbriel Teatro, bajo la dirección de Gloria Martín, fue interpretada en la apertura del festival, el pasado 24 de octubre, por la mencionada Charo Iluminati (Vitorina), Patricia Martín (Olvido) y Pepa Rubí (Sacramento). La acción está protagonizada por estas tres mujeres, en una cuneta, en medio de la noche y la soledad. Con miedo, ojeras, pies maltrechos y doloridos por un correr sin sentido, los grillos negros alzan su canto de bienvenida y ellas, con sus latidos, palmean al coro de cantores. Tienen miedo a dormir, no sea que la noche traiga una venganza sin sentido. El cuerpo pide sueño, la mente una veloz carrera. Grillos locos disparándose soliloquios, los corazones a punto de desbocarse. Se preguntan si huir a Francia, pero en la noche hambrienta, el terror huele la sangre de sus presas.
Finalmente, el premio al mejor director ha sido para Carlos Aceituno, por “Las hermanas de Búfalo Bill”, de Mamadou Teatro. Estrenada en 1975, esta obra sigue plenamente vigente cuarenta años después. Cleo y Semíramis siguen teniendo más miedo a la autoridad que deseos de libertad.
La gala de clausura y entrega de premios concluía con la representación de la obra “El florido pensil”, de Small Clowns. Obra de Andrés Sopeña, muestra una visión de los colegios de antaño, donde las pequeñas alumnas deben asistir a clases de catecismo, matemáticas o enfrentarse a una visita del inspector de Educación.
