El hombre detenido en la mañana de este miércoles en la zona de Las Vegas de Sevilla capital, en el Polígono Sur, como presunto autor del robo de varias piezas litúrgicas ocurrido el pasado fin de semana en la parroquia del Santísimo Corpus Christi, cuenta con casi 30 detenciones policiales anteriores.
En este sentido, un portavoz del Cuerpo Nacional de Policía ha informado a Europa Press de que el detenido, identificado como A.C.N., vecino de Sevilla y nacido en julio del año 1966, ha pasado en la mañana de este jueves a disposición judicial.
De este modo, la Policía Nacional le atribuye un delito de robo con fuerza en relación a las piezas sustraídas de la parroquia del Corpus Christi, y dos de hurto, ya que también se le atribuye el hurto de dos jarritas de la iglesia de la Magdalena y de una vivienda anexa al Corpus Christi, respectivamente.
El comisario jefe de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Sevilla, Enrique Jiménez Moreno, ya aseguró este miércoles que el detenido, que cuenta con cerca de 30 detenciones anteriores, "es un delincuente habitual" al que se ha detenido en anteriores ocasiones por hurto y robo en domicilio.
Los agentes localizaron las piezas litúrgicas sustraídas, y valoradas en más de 6.000 euros, en el domicilio del detenido en el barrio de Los Bermejales, tratándose, en concreto, de un viril de oro; dos copones de plata; cuatro campanillas de plata; cinco patenas de plata; dos bandejas de metal dorado; un atril de metal plateado; un cáliz y otros objetos ornamentales.
Asimismo, los agentes recuperaron las dos jarritas referidas.
Los agentes tuvieron conocimiento de los hechos a raíz de la denuncia interpuesta por el vicario de la parroquia del Santísimo Corpus Christi en la que manifestaba haber sufrido un robo dentro de la iglesia durante la noche del día 24 de enero.
EL DETENIDO SE ESCONDIÓ EN LA IGLESIA
Fue entonces cuando se inició la investigación por parte de agentes del Grupo de Robos de la Policía Nacional quienes se trasladaron en primera instancia hasta el lugar donde ocurrieron los hechos para recabar más información sobre cómo se cometió el robo.
Los agentes se encontraron en la iglesia que la puerta principal había sido fracturada desde el interior, lo que hacía pensar en un inicio que el autor del robo había accedido al templo sin emplear la fuerza, que había esperado en el interior hasta el cierre para poder sustraer los efectos de valor y que se vio obligado a romper la puerta para poder salir con el botín.
Dado que, tal y como informaba el denunciante, la iglesia contaba con cámaras de seguridad, los agentes se centraron en recuperar las imágenes para su posterior análisis y tratamiento a fin de poder identificar al autor de los hechos. Tras el visionado de imágenes, los agentes comprueban cómo un hombre, aprovechando las horas de apertura de la parroquia, entra en el recinto y se esconde en un recoveco donde aguarda hasta que la iglesia cierra sus puertas.
Una vez cerrado al público y ante la impunidad de no ser observado por nadie, el hombre salió de su escondite tras hora y media oculto y ayudado con una linterna comenzó a coger todos los efectos de valor que encontraba a su paso para guardarlos en una bandolera que llevaba consigo y en una bolsa de grandes dimensiones.
ANÁLISIS DE LAS IMÁGENES
El análisis de las imágenes permitió a los investigadores, no solo determinar cómo se produjo el robo, sino también determinar la identidad del autor del mismo, con lo que se puso en marcha la fase operativa de la investigación encaminada a la detención de este hombre y la recuperación de los efectos.
Tras comprobar el domicilio de esta persona, los agentes solicitaron un mandamiento judicial de entrada y registro que permitió localizar los efectos sustraídos.
