Austria y nueve países de los Balcanes Occidentales acordaron hoy en Viena reforzar su cooperación para frenar la ola migratoria con nuevas medidas nacionales y regionales, con el objetivo declarado de "forzar" una respuesta común de los países de la Unión Europea (UE) a la crisis de los refugiados.
La ministra del Interior austríaca, Johanna Mikl-Leitner, destacó ante la prensa que "no se puede seguir como el año pasado", cuando cientos de miles de refugiados e inmigrantes pasaron por la llamada ruta balcánica para llegar a Austria, Alemania y otros países como Suecia.
En una declaración conjunta, los diez Estados que se dieron cita en Viena destacan la necesidad de una "gestión eficaz de la migración", lo que exige "más coordinación y cooperación, siempre en cumplimiento del derecho internacional y europeo".
Recuerdan que las personas necesitadas de protección deben recibir cobijo "lo antes posible y lo más cerca posible de sus países de origen", mientras que aquellos que llegan a Europa han de ser repartidos mejor por los Estados europeos.
Por otra parte, resaltan que el "derecho al asilo no contiene el derecho de elegir el país", al tiempo que "se deben evitar cargas excesivas a algunos socios".
La conferencia acordó "intensificar notablemente la cooperación y el apoyo mutuo" a lo largo de la ruta balcánica, incluido el envío de policía a las fronteras más afectadas por la ola migratoria, en particular los límites entre Macedonia y Grecia.
De hecho, el gran ausente de la reunión de Viena fue Grecia, primer país de entrada para los refugiados en la UE, donde suelen llegar a través del mar Egeo desde Turquía.
Desde Atenas, pero también desde la Comisión Europea y Berlín, llegaron duras críticas a este encuentro, al considerar que socava la búsqueda de una solución conjunta a la crisis.
Mikl-Leitner respondió hoy que los países de la ruta balcánica y Austria se vieron "obligados a tomar medidas nacionales" para forzar así una reacción conjunta de los veintiocho miembros de la UE.
El Gobierno austríaco se alejó hace unas semanas de la posición compartida con Alemania de mantener las puertas abiertas a los refugiados al establecer un límite máximo de acogidas, con 37.500 solicitudes de asilo este año.
El año pasado, Austria recibió a 90.000 refugiados y en lo que va de año ya son más de 10.000 personas.
Así, la república alpina es, junto con Alemania y Suecia, el país que más inmigrantes ha recibido hasta ahora.
Estos límites han obligado, en un efecto dominó, al resto de los Estados de la ruta de los Balcanes a restringir también la llegada de refugiados por el temor a que queden varados en su territorio.
En todo caso, el ministro austríaco de Exteriores, Sebastian Kurz, insistió tras la conferencia de hoy que el objetivo final sigue siendo una solución europea.
"Pero necesitamos medidas nacionales y regionales porque, si no, nos veremos desbordados", manifestó el jefe de la diplomacia austríaca.
En la reunión de hoy participaron responsables de Interior y Exteriores de Austria, Eslovenia, Croacia, Bosnia, Serbia, Bulgaria, Montenegro, Macedonia, Albania y Kosovo.
Austria y cuatro de esos países (Eslovenia, Croacia, Serbia y Macedonia) acordaron la semana pasada un estricto sistema de control para que no pueda pasar la frontera greco-macedonia ningún refugiado que no acredite provenir de una zona en guerra.
Además, Macedonia niega desde el domingo la entrada a gran parte de los afganos.
Esta decisión, junto con un control reforzado a los refugiados a los que todavía se permite entrar (sirios e iraquíes), ha generado aglomeraciones y protestas en la frontera entre Grecia y Macedonia.
Otros participantes en la reunión defendieron hoy la necesidad de adoptar medidas comunes ante la cercanía de la primavera y el previsible incremento de las llegadas por el buen tiempo.
"No se pueden tomar decisiones como si tuviésemos todo el tiempo del mundo. La crisis de los refugiados es el asunto más importante que enfrenta hoy Europa y requiere una solución sin demora", señaló el ministro del Interior serbio, Nebojsa Stefanovic.
"Si en los próximos días no salimos con una postura común, la primavera nos traerá nuevos problemas y desafíos aún más difíciles", concluyó el representante serbio.