El Gobierno de Pakistán admitió que líderes de los talibanes afganos residen en su territorio, un hecho que el país asiático había negado hasta ahora y que, según el Ejecutivo paquistaní, le concede influencia para obligarles a dialogar con Afganistán, informaron hoy medios locales.
"Tenemos influencia sobre ellos (los talibanes afganos) porque sus líderes están en Pakistán y reciben cuidados médicos. Sus familias están aquí", dijo Shartaj Aziz, asesor de Exteriores del primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, según el diario Dawn.
El rotativo se refería a unas supuestas declaraciones del pasado lunes del jefe de la diplomacia paquistaní en una ponencia en el think tank Consejo de Relaciones Exteriores en Washington, donde se encuentra de visita oficial.
"Podemos usar nuestra influencia para presionarles para que se sienten en la mesa (de negociación). Pero no podemos negociar en nombre del Gobierno afgano porque no podemos ofrecerles lo que el Gobierno afgano puede ofrecer", indicó el asesor.
Aziz afirmó que su país ha restringido los movimientos de los talibanes afganos en su territorio, el acceso a hospitales y ha amenazado con expulsarles del país si no dialogan con el Gobierno de Afganistán.
El político remarcó que el Gobierno paquistaní le ha dicho a los talibanes: "os hemos acogido durante 35 años y no podemos hacerlo más porque el mundo entero nos está culpando por ello".
Desde hace años Afganistán y EEUU han acusado a Pakistán de acoger a los líderes de los talibanes afganos en la ciudad de Quetta (oeste), donde se supone que se refugió el liderazgo de los insurgentes tras la invasión estadounidense de Afganistán en 2001.
La admisión de Aziz llega en pleno proceso del Grupo a Cuatro (G4) que forman Estados Unidos, China, Pakistán y Afganistán para establecer conversaciones de paz entre el Gobierno afgano y los talibanes.
Tras cuatro reuniones desde que el G4 comenzó a trabajar en enero, el Grupo invitó a finales de febrero a los talibanes a mantener un encuentro en Islamabad en la primera semana de marzo, algo que todavía no ha ocurrido.
Este nuevo esfuerzo por poner en marcha un proceso de paz llega tras el diálogo que comenzaron el pasado julio en Pakistán el Gobierno afgano y los talibanes y que se frenó pocas semanas después por el anuncio de la muerte del líder fundador talibán, el mulá Omar, al que sucedió el mulá Mansur, y un incremento de la violencia en los últimos meses.