Han cruzado las fronteras pero son totalmente desconocidas en su ciudad natal. Paradojas de la vida. París, Portugal y Madrid se han asombrado con el poderío expresivo del arte de José Seguiri (Málaga, 1954). Sin embargo, en Málaga “no hubo oportunidad; por diversos motivos nunca llegaron a exponerse aquí en su momento”, declara el artista.
Ocho años después que nacieran de sus manos, el Estudio de Ignacio del Río, en el barrio de El Soho, saldará esta deuda del escultor malagueño con su tierra con la exposición, que será inaugurada este viernes, Seguiri / Eros, y que podrá visitarse hasta el 10 de junio.
Seguiri denomina esta pequeña colección como una especie de “reflexión” de su obra que hunde las raíces en la mitología y el mundo clásico y donde la sensualidad y el erotismo juegan un papel protagonista. “Ese diálogo que establezco con el mundo clásico es una forma de bucear en un subconsciente colectivo que permite realizarme como artista”, explica.
De esta forma, las esculturas en bronce 'Et in Arcadia Ego', 'Amor y Psiquis' y 'La hija de Leda' entablaran una conversación estética con piezas más recientes, de este 2016, como son los papeles de gran tamaño con carboncillo y pigmentos Susana y los viejos, un tema recurrente de autores clásicos como Tintoretto, y Júpiter y Antiope . Todos dialogarán bajo el nexo de unión y la fija mirada de Eros.
“Eros surgió naturalmente como el lema mas idóneo y común a todas ellas. Blanco y negro, Jin–Jan, Fors-Fortuna , Eros y Tánatos ... son caras opuestas de la misma moneda : nada se entiende sin su contrario”, observa Seguiri.
Desde finales del año 2013 José Seguiri no exponía sus creaciones en su Málaga natal. A pesar de que sus esculturas forman parte del paisaje urbano del centro histórico con conjuntos escultóricos tan señeros, como 'El rapto de Sabina', 'Acteón' o la 'Paloma quiromántica' que evoca en la calle Bolsa a Rafael Pérez Estrada, la última vez que su obra estuvo expuesta fue en la Galería JM, donde sus personajes mitológicos de formas redondeadas, su mirada clasicista, sus mujeres con curvas de guitarra y su regusto mediterráneo tomaron forma de exposición.