Agentes de la Policía Nacional han detenido en la localidad malagueña de Ronda a una mujer de 53 años como presunta responsable de cuatro delitos contra el patrimonio, entre ello uno de robo y tres de hurto.
Al parecer, se aprovechaba de la amistad, confianza o relación profesional que tenía con sus víctimas para sustraerles joyas y, posteriormente, venderlas en locales de compraventa de oro de la capital malagueña.
El valor total de las alhajas sustraídas a todas las perjudicadas asciende a más 50.000 euros, según han informado en un comunicado desde el Cuerpo Nacional de Policía.
La investigación policial, que llevó a la detención de esta mujer el pasado 30 de mayo, se inició en marzo a raíz de la denuncia que presentó el familiar de una anciana de 90 años en relación con la desaparición de unas joyas en el domicilio de su madre sin que hubiera nada forzado.
Las pesquisas condujeron a los investigadores hasta varias casas de compraventa de oro donde localizaron al menos siete albaranes de venta de joyas por valor de 10.834 euros, coincidiendo parte de éstas con las denunciadas.
Hechas las comprobaciones oportunas, constataron que todas habían sido vendidas por la misma persona, una mujer vecina de Ronda que había trabajado como cuidadora de la anciana en su domicilio durante un período de convalecencia.
Igualmente, y, ante la posibilidad de que el resto de efectos vendidos pudieran proceder de otros robos o hurtos, se realizaron diversas gestiones que confirmaron este extremo.
Hasta el momento la Policía ha localizado a tres víctimas más: una señora con la que también habría trabajado prestando servicio doméstico en 2015; un familiar al que en abril de 2012 en un descuido le sustrajo las llaves de su casa, y una amiga a la que en marzo de 2014 ayudó a realizar unas tareas domésticas y antes de irse le quitó diversas joyas.
Los agentes han recuperado y entregado a la última perjudicada gran parte de los efectos denunciados, según han precisado las fuentes citadas.
