“Los ministros han decidido hoy que las condiciones políticas y militares son adecuadas para un ajuste gradual de las fuerzas de KFOR hacia lo que llamamos una presencia de disuasión”, dijo el principal responsable político de la Alianza.
El plan de retirada, que aún no se ha iniciado, prevé la salida de un tercio de los efectivos en enero de 2010 (hasta los 10.000), con el objetivo final de que en un máximo de dos años quede sobre el terreno un contingente de unos 2.200 soldados, desde los 14.000 actuales.
Esta “fuerza pequeña”, más flexible y dedicada a tareas de inteligencia, permanecerá en Kosovo “hasta que sea necesario”, bajo el mandato de la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de la ONU.
La voluntad de mantener un entorno seguro para mayorías y minorías “sigue siendo firme”, destacó Scheffer en referencia al pequeño porcentaje de población serbia que permanece en el territorio de mayoría albanesa.
Recordó que ha pasado una década desde que 50.000 soldados de KFOR fueron desplegados en Kosovo “para garantizar un entorno seguro en una región muy inestable” y desde entonces “la situación de seguridad ha mejorado de forma continuada”.
Además, la misión europea para la formación de un estado de derecho y la policía kosovar “son bastante capaces de desempeñar sus funciones respectivas para garantizar la seguridad”, dijo.