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Viernes 15/11/2024
 
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Sevilla

Investigan la muerte de un paciente en el Macarena tras una inyección

La familia del finado considera que los facultativos que le atendieron habrían incurrido en un delito de homicidio por imprudencia grave

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El juez de refuerzo del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, José Ignacio Vilaplana, ha abierto una investigación tras recibir una denuncia por la posible actuación negligente de determinados facultativos y auxiliares del Hospital Virgen Macarena en el caso de un paciente que falleció el pasado mes de septiembre inmediatamente después de recibir una inyección por parte de una enfermera del centro hospitalario.

En un auto fechado el 18 de octubre, al que ha tenido acceso Europa Press, el juez relata que fue la esposa del fallecido quien interpuso una denuncia por un delito de homicidio por imprudencia grave por unos hechos ocurridos el 6 de septiembre, cuando, encontrándose ingresado en el hospital, el finado "habría recibido una inyección por parte de una enfermera --sin identificar-- que habría determinado una reacción desencadenante del óbito".

En este sentido, el juez acuerda librar oficio a la Brigada Provincial de Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía a fin de que practique una serie de diligencias "tendentes al total esclarecimiento de los hechos" denunciados, y le pide en concreto que proceda a la identificación "completa" y toma de declaración de los facultativos y auxiliares del hospital que intervinieron en la atención médica a la que fue sometido J.L.C.C..

Asimismo, interesa que la Policía recabe del Macarena el informe definitivo de autopsia del fallecido elaborado por el Servicio de Anatomía Patológica, que "deberá incluir el resultado de los correspondientes exámenes histopatológicos", así como la relación de "posibles vísceras y muestras biológicas" obtenidas de la autopsia practicada al cadáver, "con descripción de las mismas e indicación del medio/forma de conservación".

El instructor establece que los responsables del Macarena deberán entregar a la Policía la información y documentación solicitada "a la mayor brevedad posible", advirtiendo de la posibilidad de incurrir en un delito de desobediencia a la autoridad judicial en caso contrario.

En este sentido, acuerda que, una vez obre en la causa el informe definitivo de autopsia, se libre oficio al Instituto de Medicina Legal de Sevilla a fin de que un médico-forense elabore un informe "sobre posible negligencia en la actuación profesional de los facultativos y/o auxiliares" responsables de la correspondiente actuación médica practicada sobre el fallecido en el Hospital Virgen Macarena.

De su lado, las hijas del fallecido han informado a Europa Press de que su padre ingresó en el Macarena el 30 de agosto para ser sometido el 1 de septiembre a una intervención mediante técnica de laparoscopia, la cual resultó "exitosa y sin complicaciones", de manera que fue trasladado a planta en 24 horas "por su evolución favorable".

Según han explicado, los siguientes días y hasta el 6 de septiembre el estado de su padre fue "afebril, con dolor controlado, estando consciente y orientado y siendo medicado hasta la fecha sin ninguna de complicación", de manera que el día 6, y en presencia de su esposa y de varias personas más, se levantó "en buen estado".

DOS JERINGUILLAS SIN ETIQUETAR

Las hijas del finado han indicado que, sobre las 9,00 horas de ese día, entró en la habitación una enfermera que, en un primer momento, se dirigió a otro paciente ingresado en esa habitación con dos jeringuillas sin etiquetar, explicándole a la mujer de este paciente que una inyección era para su marido y la otra para el fallecido.

"Es entonces cuando la enfermera coge la jeringuilla y la pone en los pies de la cama, encima de la sábana. Mi madre, sin darse cuenta, se sienta en la cama y la jeringuilla se le viene hacia su pierna, apartándola de ella y pensando en la poca profesionalidad de la chica", exponen las hijas del fallecido, que añaden que, entonces, su madre le preguntó a la enfermera qué es lo que le iba a poner a su esposo, a lo que la enfermera contestó que se trataba de un protector de estómago.

Así, la enfermera le inyectó "directamente" en la vía del brazo, "tardando pocos segundos en su administración, cuando días atrás siempre había sido por el gotero". "Inmediatamente, mi padre empezó a gritar, tocándose el brazo en el que se le pone el inyectable, y diciendo 'niña qué me has puesto, que me quema...", tras lo que "cayó fulminante hacia detrás", exponen.

Las hijas del paciente han dicho que, tras escuchar la enfermera que le quemaba el brazo, "salió despavorida de la habitación sin auxiliarlo", por lo que la mujer del fallecido y la esposa del otro paciente comenzaron a gritar pidiendo ayuda, apareciendo en la habitación los sanitarios, que acompañaron a ambas a salir de la habitación, cerraron la puerta y en presencia del otro paciente "supuestamente" le practicaron la reanimación cardiopulmonar manual y con electrodos.

Las dos hijas de J.L.C.C. han explicado que, transcurridos 15 minutos, un médico y una doctora informaron a su madre del fallecimiento y le propusieron hacerle una autopsia al cuerpo, a lo que ella accedió "debido al estado de nerviosismo y shock en el que se encontraba" y "confiando en su profesionalidad".

AUTOPSIA

Además, y transcurridos 90 minutos de la muerte, un cirujano llamó a tres familiares del finado y les comunicó que la muerte se había producido por una parada cardiorrespiratoria, "pudiendo ser la causa la no tolerancia del fármaco, del que van cambiando de marca con regularidad, y dejando entrever que la muerte había sido natural, aún sin tener idea de los resultados de la autopsia, ya que aún no se le había practicado".

Las hijas del fallecido han indicado que la misma tarde de la muerte, su madre se personó en los juzgados para interponer una denuncia por presunta negligencia médica, indicándole la juez de guardia que un forense judicial iba a extraer una muestra de sangre del cuerpo.

Tras ello, un familiar pidió por escrito en el Hospital el informe de todos los medicamentos suministrados desde su ingreso, informe clínico exhaustivo e identificación de las personas que habían intervenido en sus cuidados desde el ingreso, "teniendo como respuesta una negativa a dicha petición por no aportar el certificado de defunción, que no poseíamos", explican las denunciantes.

Tras conseguir no sin trabajo que el hospital les proporcionara el historial clínico de su padre, las denunciantes pudieron comprobar que "faltaba el historial farmacológico, número de lote del fármaco inyectado y todos los informes correspondientes al día 6", explicándoles un facultativo que esa información no estaba informatizada porque la enfermera que suministró el "supuesto" 'Omeprazol' "se fue corriendo a urgencias aquejada de una crisis nerviosa por lo ocurrido y luego se marchó a casa".

Finalmente, un médico realizó un escrito en la hoja de evolución y curso clínico de hospitalización provisional con fecha 6 de septiembre --concretamente a las 10,01 horas-- en el cual "plasma haber llevado a cabo una actuación que nunca se produjo y unos síntomas previos a la muerte que son inciertos", según consideran las denunciantes.

Además, la enfermera que suministró el inyectable emitió un informe sobre su actuación "que no se asemeja a la realidad", ya que tanto la mujer del fallecido como el otro paciente y su pareja "fueron testigos presenciales".

Las denunciantes añaden, asimismo, que le enviaron el informe de la autopsia patológica al médico forense Luis Frontela, el cuál ha accedido a realizar al cuerpo una prueba de vísceras y que, tras ver dicho informe, aconsejó la inhumación del cuerpo, ya que lo que él necesita está conservado en el Hospital "para cuando sea requerido".

Finalmente, pudieron dar sepultura al fallecido el pasado día 15 de octubre, todo ello "tras 39 días en el mortuorio del Hospital Virgen Macarena".

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