Un día después de Navidad, la ciudad volvió a teñirse de negro. Pero nadie se enteró. Antonio Parra, de 57 años de edad, procedente de Algeciras, llevaba más de un año viviendo en la intersección de las calles Gibraltar y Puerto Real de la Zona Franca.
Antonio falleció por causas naturales, según han informado a VIVA CÁDIZ fuentes policiales. Al identificarlo el último lugar de residencia que constaba oficialmente era Extremadura.
Fue el compañero de puente, un lituano que lleva también muchos meses en esta ciudad, el que alertaba de la muerte de este hombre. “Bebía y fumaba mucho”, explicaba el lituano que no quería ser identificado. “Yo que tenía siempre mucha comida intentaba que comiera, pero él nunca quiso”. Se gastaba lo poco que tenía en tabaco y alcohol, explicaba su compañero, quien es incapaz de apartar las pertenencias del fallecido.
Debajo de ese puente que se crea justo en la estación de trenes de Cortadura, ellos mantenían su intimidad. Cada uno tenía su espacio. Esta mañana aún continuaban las mantas y los bártulos de Antonio postrados en la arena de la pendiente donde se alojan.
Aquel lunes festivo fueron a desayunar a la estación de servicio de la BP de la calle Gibraltar, y mientras que Antonio volvía con sus enseres, el lituano se daba una vuelta por la ciudad acompañado por su mascota. Cuando regresó, “me lo encontré liado entre las mantas, le tomé el pulso y salí corriendo hacia la gasolinera para que llamaran por teléfono”, cuenta este hombre que se veía venir este trágico final.
Agentes de la Brigada de Policía Científica realizaron gestiones para identificarlo plenamente, realizándole la necroreseña y cotejar los datos con el Sistema Automático de Identificación Dactilar. Junto con la comisión judicial se personaron agentes de la Policía Nacional.
Antonio es la segunda persona sin hogar que fallece en las últimas semanas en la ciudad. El pasado 22 de noviembre, otro sintecho, Andrés, que tenía su sitio en el entorno de la plaza de las Tortugas, concretamente en uno de los portales de los locales comerciales del entorno, aparecía muerto. Dos días después los colectivos sociales y que trabajan con estas personas se concentraban en la plaza de las Tortugas.
