Pasando ya el ecuador de cuartos, el Selu y Martínez Ares pusieron el colofón a una noche más que discreta y fría con tintes de preliminar, algo fría y donde se recibió a los dos actuales primeros premios de chirigotas y comparsas con honores, dejaron patente que en cuartos se cocinan los premios a fuego lento.
Y para ello las letras, son de suma importancia vital para salir triunfal en la final del 24 de febrero.
Para las que a priori centran todas las quinielas, la función se convirtió en eterna, pues hubo que esperar hasta el final, con más retraso que nunca, para acoger a los platos fuertes de la sesión. Mereció la pena el aguante, en una noche que se asemejó más que nunca a una de preliminar.
La cuenta atrás dejó una frialdad manifiesta que se rompió en un segundo. Las cositas del Carnaval. El Selu volvió a envolverse en un tipo con el que se identifica e interpreta como pocos.
Su giro en torno a él ya bebió las mieles del triunfo con Juan, en este Carnaval volvió a deleitar al aficionado con un repertorio que dedicó por entero a su nuera con una destreza y un ingenio memorable.
Ironía y doble sentido épico. El cierre y ‘La eternidad’ se la llevó Martínez Ares, más bien la inmortalidad con un comparsa embrujada y memorable. Deleite puro de esencia gaditana