Nuevos giros en la presentación antecede a una chirigota que está bendecida por su gracia y por todo cuanto ofrece. Paradójicamente con un tipo tan triste y tan fúnebre, las risas se contagian desde el principio.
Sin renombre, sin postureo y sin famoseo, la chirigota se gana el corazón del Carnaval “porque Cádiz la hizo inmortal”.
El piropo del Yuyu “es un halago”. Sencillamente magistral, una chirigota que hace reír, ¿quién lo ha visto? El reto está abierto para ver si el velatorio tendrá que prolongarse irremediablemente.