Corea del Sur y Estados Unidos han comenzado a desplegar en territorio surcoreano el polémico escudo antimisiles THAAD, informaron hoy ambos ejércitos, un día después de que Pyongyang ensayara el lanzamiento de cuatro proyectiles.
Los primeros elementos del Sistema de Defensa Terminal de Área a Gran Altitud (THAAD siglas en inglés) han sido desplegados en lo que supone una implementación de la decisión que ambos países adoptaron en julio de 2016, explicó en un comunicado el Comando del Pacífico de Estados Unidos (USPACOM).
Por su parte, un portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano confirmó a la agencia de noticias Yonhap que los primeros componentes de las baterías llegaron en la víspera a la base de Osan (70 kilómetros al sur de Seúl).
Seúl y Washington han decidido que el THAAD, cuyo despliegue han protestado Pekín y Moscú al considerar que interfiere en sus sistemas de defensa, estará completamente instalado para finales de este año en un terreno situado al norte de la ciudad de Seongju (centro del país) y unos 300 kilómetros al sureste de Seúl.
El inicio de la instalación del sistema ha coincidido con el lanzamiento el lunes de cuatro misiles balísticos por parte de Corea del Norte en aparente respuesta a las maniobras militares que celebran estos días EE.UU. y Corea del Sur por debajo del paralelo 38, ejercicios que Pyongyang considera un ensayo para la invasión.
El régimen de Kim Jong-un dijo hoy que el lanzamiento de prueba de estos misiles, que volaron unos 1.000 kilómetros y cayeron cerca de la costa nipona, tenían como objetivo simulado las bases estadounidenses en Japón.
El despliegue del THAAD ha sido especialmente protestado por el Gobierno chino, que considera que los potentes radares del sistema pueden servir para obtener datos de inteligencia de sus bases militares fronterizas con Corea del Norte.
Como represalia contra Seúl, Pekín ha decidido boicotear a las industrias surcoreanas del turismo, las ventas minoristas o el entretenimiento, que dependen enormemente del país vecino.
La campaña china se ha endurecido especialmente desde que la semana pasada se completara el traspaso formal de los terrenos entre la empresa Lotte y el Gobierno surcoreano para la instalación de las baterías antimisiles.