Los trabajadores del Horno San Buenaventura de Sevilla, en huelga indefinida desde finales de marzo, denunciarán por la vía penal a los dueños de la empresa por contratar a sus sobrinos en la Semana Santa para que abrieran los establecimientos, a pesar de estar cerrados por el paro laboral.
En declaraciones a los periodistas, el representante sindical del Horno San Buenaventura, Gonzalo de las Heras, ha manifestado que "quieren meter en la cárcel a los promotores del esquirolaje" durante la huelga.
Según De las Heras, los dueños de dichos establecimientos de cafetería y confitería de Sevilla contrataron a sus sobrinos durante la Semana Santa para hacer caja en esas fechas sin respetar el derecho a la huelga de los más de 85 trabajadores.
El pasado 27 de marzo los empleados del Horno iniciaron una huelga indefinida en la fábrica y posteriormente se fueron sumando las cuatro tiendas repartidas por la ciudad ante una situación "insostenible" al adeudarles más de seis nóminas y en algunos casos hasta nueve.
Según el representante sindical, los trabajadores temen que las "maniobras empresariales" realizadas en los últimos años con cambios sucesivos de empresa hagan "peligrar" la antigüedad que tienen en el Horno y, por consiguiente, mermen sus indemnizaciones.
Además, estas indemnizaciones y las nóminas adeudadas las tendrá que pagar el Fogasa (Fondo de Garantía Salarial) y sólo les reconocerá la antigüedad en la última empresa.
Ha puesto como ejemplo el caso de un trabajador con más de veinte años de antigüedad en el Horno que ha pasado hace unos dos años al grupo de empresa y la indemnización por despido será en vez de unos 21.000 euros unos 800.
Los trabajadores del Horno han recibido la visita del coordinador federal de IU, Alberto Garzón, y el regional, Antonio Maíllo, quien ha denunciado el fraude de ley al que ha recurrido la empresa para suprimir las indemnizaciones a los trabajadores eliminando la antigüedad y como mucho cobrarán por dos años de trabajo.
Ha apelado a los sevillanos para apoyar y solidarizarse con esta empresa simbólica y ha denunciado la precariedad en el sector de la hostelería, pese a incrementar las ganancias.
Por su parte, Alberto Garzón ha criticado al Gobierno por "invisibilizar los conflictos laborales" que se suceden por toda España, como el de los trabajadores del Horno de San Buenaventura, originados por "despidos, bajadas salariales y aplicación indiscriminada de la peor y más salvaje normativa neoliberal, que lo que hace es destrozar vidas humanas".
Este conflicto refleja, según Garzón, los niveles de "mayor precariedad laboral y vital" y también es la "contracara del discurso de propaganda del Gobierno que habla de recuperación y salida de la crisis cuando cuatro millones de personas en España cobran menos de 300 euros al mes".
Tras reclamar nuevos "cimientos para los derechos laborales diferentes a los vigentes", ha incidido en que el crecimiento económico no llega al conjunto de la población".