El alcohol ha pasado a ser la sustancia con mayor demanda de intervención por el Centro Provincial de Drogodependencias (CPD). Según la Memoria de 2016, el alcohol supuso el 34% de los casos de inicio de tratamiento, frente al el cannabis (22,71%), la cocaína (22,44%) y los opiáceos (17,07). Sólo el 4,5% de las admisiones a tratamiento son de menores de 18 años, pero llama la atención que el 92% son por problemas relacionados con el cannabis, según los datos que ayer presentaron la delegada de Salud, Teresa Vega, la diputada María Eugenia Valdivielso y la directora del CPD, Purificación Arévalo.
No obstante, la variación principal de la actividad asistencial del CPD en 2016 es la caída de más de un tercio de las personas atendidas por cannabis, un descenso que se vincula con la aprobación de la nueva ley de seguridad ciudadana de 2015. Así, el cannabis ha pasado de 709 admisiones a tratamiento en 2015 a 258 en 2016, un descenso de 451 personas que, a juicio del CPD, “avala que las admisiones en pasados años por esta sustancia venían determinados en gran medida en la retirada de la sanción administrativa que podía realizarse desde los Centros de Tratamiento de la provincia para los infractores hasta junio de 2015”
El número total de personas atendidas en el CPD durante 2016 fue de 3.046 (391 menos que en 2015), de las cuales un 37% corresponden a admisiones a tratamiento, y de éstas un total de 539 personas se acercaron a los centros de tratamiento por primera vez.
La mayoría fueron hombres, en la proporción cercana al 90%. Sí que han aumentado las admisiones a tratamiento por opiáceos, un 25% más que en 2015.
En 2016, las admisiones a tratamiento en el Centro Provincial de Drogodependencia se producen sobre todo a partir de los 31 años, a diferencia de 2015 que era hasta los 24 años donde se concentraba el mayor número de admisiones. En la franja de edad entre los 18 y los 25 años es el cannabis la droga que más admisiones, la cocaína entre los 26 y 40 años, mientras que es partir de los 46 años cuando se producen más demandas de tratamiento por consumo de alcohol y opiáceos, según la memoria del CPD.