La organización critica la falta a la verdad por parte del Sr. Sebastían Galindo en lo que respecta a la zona de Valdevaqueros - Casa de Porros, y estiman que, si ignora la realidad de los hechos, más le vale no hablar.
Dice el Sr. Galindo ante los medios de comunicación que “existen señales repartidas por el espacio protegido que advierten expresamente de esta prohibición”. Somos Tarifa pregunta si el Sr. Galindo vive fuera de la realidad de los hechos, o si nosotros como ciudadanos debemos ir al oculista.
Y ni el año pasado, ni éste año, según habitantes del lugar se ha multado ni echado a nadie. Se preguntan si ésto tiene que ver con el propio Plan de Ordenación de 1995 donde se cita la autorización de éste Parking supuestamente considerado“ilegal” por parte de la administración de la Jefatura de “Costas”. Es bastante incoherente dicen, multar por infringir la normativa sobre protección de espacios naturales, flora y fauna cuando la propia administración concede la autorización. Es tiempo que alguien aclare este contravertido hecho.
Si efectivamente, la administración pretende proteger y conservar, debería haber controlado y cerrado la entrada a dicha zona para los coches, pero, no lo hizo a pesar de la propia creación en el 2003 del Parque Natural del Estrecho y de la existencia de yacimientos arqueológicos. No entienden para qué se crean este tipo de protecciones medioambientales si después vienen diciendo que se han convertido en un “patatal”, como según declarado por la directora “conservadora” Sra. San Emeterio.
Es poco serio, que se pretenda achacar a las Asociaciones medioambientales y sociales una cierta complicidad con lo ilegal al no apoyar un hotel/ parking “ecológico”, cuando de ecología perdieron hace tiempo el rumbo.
Desde Somos Tarifa no apoyamos ni justificamos el trasiego de ningún tipo en toda la zona, debiendo protegerse, pero no con acciones que entienden nulas de pleno derecho por no atenerse a la normativa de las directivas europeas como son las de la propia Red Natura 2000 y la directiva de agua por la cual siguen vertiéndose fecales hacia el mar. El enfrentamiento entre la administración y los grupos medioambientales/sociales se deben netamente a conceptos de “legalidad” y no como se pretende hacer entender al público, de un “me gusta” o “no me gusta por los ecologistas”.
Por otro lado, el Sr. Galindo “no quiere asustar a este tipo de turistas, y nos preguntamos a que se refiere con exactitud, ya que a nosotros nos “asusta” que los recursos turísticos como la arqueología o la naturaleza no son consideradas como patrimonio susceptible de explotación presente o futura, pero sí los “negocios” rápidos que se van acumulando en toda Tarifa ya sea por el “hormigón” o por el supuesto “hormigón ecológico” como el del proyecto Eolo.
El Sr. Galindo tendrá que decidirse a qué turismo inclinarse, ya que no es posible destruir en el verano lo que se piensa utilizar en el invierno.