El hasta ahora concejal responsable del área de Comercio del Ayuntamiento de Lebrija (Sevilla) y diputado encargado del Área de Concertación de la Diputación de Sevilla, el socialista José Barroso, ha sido elegido alcalde del citado municipio tras la renuncia de María José Fernández (PSOE), quien conserva su cargo de senadora por la provincia sevillana.
Así, este lunes, a partir de las 19,00 horas, ha tenido lugar en el Ayuntamiento lebrijano el Pleno de investidura ante la presencia del presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos; la secretaria general del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez; y el secretario de Organización de los socialistas sevillanos, José Muñoz.
En la citada sesión plenaria, Barroso ha sido designado como nuevo primer edil, tal como estaba previsto, pese a que los socialistas cuentan con mayoría simple en este Consistorio.
A partir de ahí, Barroso dejará sus responsabilidades de gobierno en la Diputación provincial y continuará en la entidad como diputado sin área, al objeto de centrarse en la Alcaldía de Lebrija.
En su primer discurso como regidor, Barroso ha manifestado que "el ser investido alcalde colma todas mis aspiraciones y representa, al mismo tiempo, una nueva ocasión para autoexigirme, para dar más, para renovar mi férreo compromiso como servidor público", asegurando que apoyará su mandato en "el trabajo incansable, el diálogo permanente y la cercanía con los verdaderos problemas de los ciudadanos", para lo cual ha ofrecido "desde ya" su "mano tendida".
Por otra parte, Villalobos ha destacado en el nuevo alcalde "el buen hacer municipalista" y le ha deseado "la ilusión y el tesón que son necesarios para encauzar y llevar a buen puerto las voluntades de sus vecinos en los proyectos de futuro". "Hay una estrecha relación entre el Gobierno local y actuar con consistencia y en valores, y estoy seguro de que el nuevo alcalde de Lebrija inicia hoy una andadura en la que todavía va a hacer más patente su vocación de servicio a los lebrijanos', ha dicho.
De su lado, Fernández formalizaba el día 26 de julio su renuncia como alcaldesa, algo que justificaba en "la normalidad democrática de las renovaciones" y en la idea de "ceder el testigo" para mantener "el proyecto ilusionante" de los socialistas.
Fernández llamaba a entender su dimisión como alcaldesa, que no como senadora, "en la normalidad democrática", exponiendo que a sus 56 años, consideraba "prudente ceder el testigo para seguir ofreciendo un proyecto ilusionante" en Lebrija, por parte del PSOE.