Un policía local ha sido enjuiciado por supuestamente estafar a una mujer de unos 28 años a la que sedujo tras conocerla en una red social y a la que convenció para que le prestara unos 20.000 euros que no le devolvió, unos hechos que posteriormente se repitieron con un conocido del primero, que también ha ido a juicio pues habría seguido una táctica similar para quedarse con otros 5.000 euros de ella.
En el juicio, que tuvo lugar este pasado jueves, cuando quedó visto para sentencia, la Fiscalía mantuvo su petición de absolución para los dos procesados. La representación legal de la supuesta víctima, que lleva el letrado Juan Luis Aguilera Castilla, del despacho 'VAM Abogados', pide penas de tres años de prisión por la presunta comisión de delitos continuados de estafa o apropiación indebida, en el caso del agente local, y de un año y nueve meses, por supuestos delitos de estafa o apropiación indebida, para el otro hombre, quien es trabajador del sector bancario, aunque también se hizo pasar por policía.
Ambos acusados, de unos 30 años, no han reconocido los hechos en la vista oral celebrada en el Juzgado de lo Penal 6 de Granada. Según el escrito de conclusiones definitivas de la acusación particular, al que ha tenido acceso en Europa Press, en septiembre de 2011, la mujer comenzó a contactar en una red social con el policía local. "Valiéndose de fotos preparadas al efecto" y con un nombre falaz, la relación inicial de amistad por Internet derivó "en otra de carácter afectivo e íntimo".
Se habría basado en "una hábil trama de engaño" para que la mujer, que denunció los hechos, le prestara un total de 19.950 euros que, según la acusación particular "le fueron desembolsados en cuatro entregas sucesivas entre los meses de enero y abril de 2012".
Conforme a la denuncia de ella, habría esgrimido en todos los casos "la existencia de insalvables dificultades económicas, asegurando que el importe que había recibido sería devuelto" y "a la mayor brevedad". Ello no sucedió, y el procesado "redujo gradualmente el contacto" y respondió con "evasivas" cuando le fueron reclamadas las cantidades que al final "el acusado negó haber recibido".
En septiembre de 2012, la denunciante conoció, también a través de una red social, al segundo acusado, que, "igualmente, se presentó con una identidad falsa" y "unas circunstancias personales que no coinciden con la realidad" pues "con esmero" hizo creer a su nueva amiga virtual que "su profesión era la de policía".
También habrían iniciado una relación sentimental, e hizo creer a la denunciante que "atravesaba un acuciante estado de necesidad económica" para conseguir supuestamente 5.000 euros, que devolvería "en el menor tiempo posible", según la denunciante.
"El ardid y fin del caso anterior se habían repetido", según consta también en el escrito de acusación particular en lo referente a este hombre que "en realidad trabaja en el sector bancario".
En este sentido, "los imputados urdieron una suerte de engaño a la que dieron respectivamente la necesaria credibilidad para inducir a error a la víctima", conforme a la versión de la denunciante.
En la vista oral, cuatro testigos propuestos por la acusación particular aportaron datos sobre estas relaciones, apuntando a vehículos supuestamente adquiridos por el policía local poco después de romper la relación, según han explicado fuentes del caso, que han apuntado también a la inexistencia de documentos que puedan probar los préstamos a estos hombres.
Los procesados se conocían de antemano y tenían pareja en paralelo a la relación que entablaron en fases sucesivas con esta mujer que, conforme a lo que explicó en su declaración, pensó que éstas eran de carácter sentimental y que confió en ellos.