El año hidrológico que ahora arranca no depara buenas perspectivas para los embalses de la cuenca Guadalete-Barbate donde se incluyen los pantanos del término de Arcos. Si bien las reservas durante septiembre de 2016 se situaron en el 54,33 por ciento, en el mismo periodo de este año están en el 40,70 por ciento. Y todo debido a una pertinaz sequía que comienza a hacer estragos en todo el territorio español a tenor de la falta de precipitaciones tras uno de los veranos más secos que se recuerdan.
Sin embargo, y como es lógico, la situación no afecta al embalse de Arcos, que sigue manteniendo su inmutable 92,86 por ciento al tratarse de una lámina de servidumbre del de Bornos. Este último es ‘otro cantar’, porque las reservas han caído hasta el 17 por ciento, almacenando actualmente 34 hectómetros cúbicos de agua. La misma semana de 2016 este embalse estaba al 40 por ciento.
La situación no parece tan drástica en el embalse de Los Hurones, donde se alcanza un 39,26 por ciento de almacenamiento. El pantano dispone de 53 hectómetros cúbicos sobre sus 135 totales.
Por último, el pantano de Guadalcacín está al 43,88 por ciento de su capacidad total, que es de 800 hectómetros cúbicos, registrando actualmente 351 hectómetros. Sin embargo, el embalse se encontraba hace exactamente un año al 55,25 por ciento.
En suma, los cuatro embalses del término municipal han perdido casi 14 puntos respecto a septiembre de 2016, cuando ya de por sí estaban por debajo de la media de los últimos diez años, que se sitúa casi en el 60 por ciento.
En otras zonas de España, caso de Galicia, estos días se habla de restricciones que afectarán a la agricultura, no así al consumo humano.