Sin coche, sin ascensor, lo cual le obliga a cargar a pulso la silla de ruedas de su hijo, con una pierna escayolada, desde una tercera planta cada día para llevarlo al colegio en taxi o en autobús. Tampoco puede ir a trabajar, pues tiene que desplazarse hasta El Puerto. La historia de Toña Alarcón, vecina del bloque número 12, no es la única que hay detrás de las paredes del residencial de viviendas VPO de El Estribo, en la zona sur, por las inundaciones de hace una semana, pero sí una de las más especiales. Su coche, un Opel Zafira de 13 años, está entre los más de 100 a los que el agua que entró en el garaje subterráneo comunitario, reventando la puerta, cubrió hasta casi el volante. Salvo un milagro, casi todos serán declarados siniestro y al tener más de dos años, el Consorcio no le va a devolver el importe ni mucho menos.
Se han salvado muy pocos coches. Yo desde entonces ni duermo ni como ni nada, cierro los ojos y solo veo mi coche a las dos de la mañana
A priori ya le han avanzado que probablemente no reciba más de 500 euros “por un coche que andaba perfectamente”. ¿Qué coche me compro yo con ese dinero?, se lamenta. Deberá buscar uno de segunda mano de manera urgente si no quiere perder su puesto de trabajo en El Puerto de Santa María. Todos son problemas, porque el ascensor del bloque tampoco funciona, y tanto ella, mientras su hijo no se recupere de su lesión, como otras familias con carros de bebés, tienen que subir y bajar las escaleras a diario varias veces en la jornada. Desde que les entregaron sus casas, estas viviendas tenido problemas de filtraciones de agua en garajes y trasteros cuando había lluvias fuertes, pero estas situaciones puntuales resultan casi anecdóticas en comparación con la pesadilla que viven desde hace siete días.
Sin coches y con préstamos
Mientras acuden en masa a reclamar los daños a la Oficina de Asesoramiento habilitada en La Granja, donde encabezan las incidencias registradas, se preguntan a qué está esperando el Ayuntamiento para contactar con ellos. Toña está “desesperada” y bastante indignada, como el resto de los vecinos, por esta falta de interés. Se sienten abandonados. “Aquí no ha venido nadie, ni siquiera vino la Policía. Nosotros entendemos que la prioridad esa noche era rescatar a personas, pero ha pasado ya una semana. Los vecinos estuvimos de una a seis de la madrugada sacando coches del garaje y aquí solo se ha personado un camión de bomberos con una bomba de agua”, se queja.
De momento han creado un grupo de afectados en Facebook (Afectados El Estribo) para visualizar sus incidencias y dejando constancia de su impotencia, pues además de sus vehículos, muchos han perdido numerosos enseres de valor de sus trasteros. “Se han salvado muy pocos coches. Yo desde entonces ni duermo ni como ni nada, cierro los ojos y solo veo mi coche a las dos de la mañana”, señala Cristina, que hace seis meses estrenó su Nissan Qashqai. Le han dicho que seguramente será siniestro pero al tener menos de dos años puede que tenga suerte. Apenas seis kilómetros tenía el coche de otra vecina que la tarde antes de las lluvias lo recogió del concesionario. En el otro extremo están decenas de residentes. ”Hay casos de vecinos que cumplieron los dos años este verano o que no tienen más de cuatro o cinco y se van a quedar sin coche y con préstamo”, relatan.