La Semana Santa llega prácticamente a su fin y termina como empezó en sus vísperas, con un tiempo desangelado e invernal y muy desapacible con el que acompañó la jornada del Viernes Santo. El frío dejado tras el agua caída en una ausente Madrugá, dejó una tarde incómoda para el público y complicada para los desfiles procesionales.
Soledad y Vera Cruz se vieron obligados a acelerar su paso ante el anuncio de precipitaciones, que se bien no aparecieron durante el desfile, sí marcó el viento, descolgando la bambalina delantera del palio de Nuestra Señora de la Soledad.
Por su parte, la cofradía de San Joaquín entró media hora antes en la Basílica para hacer su Estación de Penitencia tomando con paso decidido su vuelta a su templo, entrando 30 minutos antes de la hora fijada ante la intestabilidad de la noche.
