Pedro Pacheco vuelve el martes al banquillo de los acusados para afrontar el que ya es su último escollo judicial, (está pendiente de otra causa pero el fiscal no acusa y no hay penas de cárcel de por medio) y uno de los más complicados de los que ha sido juzgado hasta ahora. La sección octava de la Audiencia Provincial acoge desde esa jornada el juicio por el caso ‘Huertos de Ocio’, por el que el Ministerio Fiscal solicita cinco años de prisión por presuntos delitos de prevaricación continuada, fraude a la administración pública y estafa. La vista oral, que está previsto que se prolongue durante tres semanas a razón de tres días a la semana (5, 6 y 7, 12, 13 y 14 y 19, 20 y 21 de junio) llega tras una larga instrucción.
Los hechos que han derivado en esta causa se remontan a 2004, cuando el Ayuntamiento de Jerez desalojó a los arrendatarios de unos terrenos situados en la barriada de San José Obrero para la construcción de una promoción inmobiliaria. En su escrito de acusación, el Ministerio Fiscal resalta el “perjuicio económico” que ocasionó a las arcas municipales este proceso, después de que las parcelas fueron tasadas en 1,6 millones de euros, mientras la promotora traspasó al Ayuntamiento la propiedad de un edificio del centro histórico valorado posteriormente en 610.000 euros. Además del ex alcalde de Jerez, se sentarán en el banquillo ex altos cargos municipales como el entonces gerente de Urbanismo, Luis Cruz, que ya fue procesado con Pacheco por el caso ‘Casa del Rocío’, y dos abogados del área de Patrimonio.
De los cuatro acusados, Fiscalía acusa a dos, Pacheco y Cruz, mientras los otros dos se sientan en el banquillo por la acusación particular, es decir, los arrendatarios desalojados. El primer día, una vez que se expongan las cuestiones previas, se espera que declaren los cuatro acusados, para a partir de las siguientes sesiones escuchar a las decenas de personas, entre los arrendatarios desalojados que acusan y los testigos, buena parte de ellos, altos cargos del Ayuntamiento de Jerez, que tampoco ejerce la acusación en esta causa.
Entre los testigos que están citados también hay políticos, como las ex alcaldesas Pilar Sánchez y María José-García-Pelayo. La expectación en el caso de la primera es enorme, pues se trataría de su reaparición en la vida pública tras salir de la prisión de Alcalá de Guadaíra al haber obtenido el tercer grado el pasado mes de septiembre.
Revuelo mediático
No obstante, la exregidora socialista ha solicitado hacerlo por videoconferencia, consciente del revuelo que puede acarrear su presencia y para ahorrarse pasar por este trago en persona. Al residir en Sevilla, donde tiene su plaza en un instituto, puede acogerse a esta opción sin problemas. Tanto ella como García-Pelayo han declarado en los tres juicios en los que Pacheco se ha sentado en el banquillo antes y durante su estancia en Puerto III. Muy esperadas fueron las comparecencias de Pilar Sánchez en los dos últimos procesos, no tanto por lo que aportó, sino por el contexto en el que se encontraba cuando tuvo que declarar.
Así, mientras que en la vista por el caso de la venta de la antigua Estación de Autobuses acudió a declarar a mediados de enero, apenas un par de semanas antes de entrar en prisión por el ‘caso PTA’, por el que fue condenada a cuatro años de cárcel, en la de la Casa del Rocío compareció por videoconferencia ya desde la prisión de mujeres de Sevilla.
Muy diferente también es la situación personal y judicial con la que afronta Pacheco este juicio, pues aunque en su entorno no ocultan su preocupación, pues Fiscalía le pide cinco años de cárcel, lo hace ya fuera de prisión tras haber obtenido el tercer grado después de tres años y medio en Puerto III, donde ingresó en octubre de 2014 tras ser condenado a cinco años y medio de cárcel por el caso ‘Asesores’. Sumando esta y la de la Casa del Rocío, pues la de la Estación de Autobuses le fue suspendida, su condena ha sido de siete años y cuatro meses. Ahora, desde hace poco más de un mes, el histórico andalucista disfruta de un régimen de semilibertad, durmiendo de lunes a jueves en el Centro de Inserción Social (CIS) de Jerez, mientras durante el día colabora con Cáritas desde hace una semana, y los fines de semana está en su domicilio.
A diferencia de los anteriores, además, a este juicio no llegará ni esposado, ni en el furgón de los internos del centro penitenciario. Lo hará por su propio pie y desde su propia casa, situada a escasos metros del edificio de la Audiencia Provincial de la avenida Álvaro Domecq.