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Provincia de Cádiz

“Presidir la Diputación es un objetivo del partido, pero no el mío”

“Mi obligación es presentar a los mejores candidatos, pero ellos se tienen que ganar la confianza de los ciudadanos”, apunta Antonio Sanz

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  • Antonio Sanz, presidente provincial del PP -

¿Qué sensaciones tiene tras su paso por la Delegación del Gobierno?

“Dije que íbamos a dar una guerra hasta el final y que los narcos caerían uno a uno, y lo hemos puesto en marcha”

—Ha sido una etapa apasionante, compleja, dura, bonita. Mi objetivo era convertir la Delegación del Gobierno en algo útil, cercana a todos, que resolviera los problemas sin tener que ir a Madrid. Ha sido una etapa muy fructífera, de diálogo con las instituciones, de cooperación, de coordinación de muchas cosas. Ayudar y buscar soluciones ha sido lo fundamental.

De esta etapa a usted le reconocen públicamente su capacidad para tender puentes entre administraciones, que es algo que se echa en falta en el mundo de la política...

—Yo creo que los ciudadanos reclaman que desde la política estemos para sumar y hacer política en positivo. Hacer política útil, para construir, en positivo. Yo apuesto por la acción política inteligente. Solucionar los problemas de los ciudadanos y para ello nos tenemos que unir las administraciones. Hay, lo que yo llamo, las tres C: Cooperación, Coordinación y Colaboración, dentro de la lealtad entre administraciones. El estado de las autonomías nos obliga a ello, aunque sean partidos distintos los que estén al frente de las mismas. Eso nos ha llevado a que cuando la ciudadanía nos pedía soluciones se las hayamos dado.

¿Qué le parece la designación de su sustituto Gómez de Celis?

—A Gómez de Celis le respeto mucho. Le deseo lo mejor. Le he dado la enhorabuena y le he ofrecido mi leal colaboración a la hora de hacer su trabajo.

¿Entiende lo que ha pasado a causa de la moción de censura?

—Los ciudadanos entienden que los gobiernos se ponen o se quitan por el apoyo de los propios ciudadanos. Había un pacto tácito en España de respetar a quien gana las elecciones. Este pacto tácito se ha roto. La gente entiende mal lo que se ha hecho porque no se le ha dado la oportunidad a los ciudadanos y lo conveniente es que opinen y si hay que cambiar gobiernos que sea con el voto de los ciudadanos. Se puede cambiar un gobierno, pero con el voto de los ciudadanos. Se ha creado un mal precedente. El Gobierno de Rajoy ha deparado los mejores resultados para España. Se ha superado la crisis, hoy es el país que más crece en Europa, el que crea más empleo, más calidad de vida, estabilidad, futuro, y se había plantado cara contra los que quieren romper el país. Cuesta que un gobierno sea desalojado con esos resultados. Si se utiliza como argumento que el cambio de gobierno es por la corrupción, este gobierno no tiene ningún caso de corrupción. 

¿Hubiera sido mejor la dimisión de Rajoy para no afectar a esa estabilidad?

—El Gobierno afrontó los casos de corrupción tomando decisiones importantes para evitar que estos casos vuelvan a ocurrir. 

Inicia su partido un proceso de regeneración. ¿Qué cree que es lo más idóneo?

—El PP tiene un sistema participativo muy democrático y los militantes han de ser los protagonistas de la renovación, por lo que llamo a la participación. La decisión de Rajoy ha sido traumática, porque estamos hablando del mejor presidente de la democracia. Ahora toca afrontar un nuevo liderazgo. Deseo que el resultado final genere confianza e ilusión entre la ciudadanía española para que quien elijamos sea el próximo presidente del Gobierno. El resultado final será el que decidan los militantes. Hay personas muy potentes, muy preparadas, que ilusionan a mucha gente, que generan confianza para liderar el país.

 

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¿Qué análisis hace de esa fuga de votos que se habla del PP a Ciudadanos?

—Hay que ser autocrítico, pero en los ámbitos propios. No hemos debido hacer todo bien, pero hay que encaminarse a un proyecto moderno, con nuevo liderazgo, entender los momentos para actuar, abrir una nueva etapa, comunicar bien, hacer política en el mejor sentido, con cercanía, diálogo, comprender al ciudadano. Y es el gran reto, no solo gestionar. Puede que gestiones bien, pero el ciudadano no te entienda o ni te conozca. Hay que dar ejemplaridad, transparencia, participación, diálogo y soluciones, que es lo que quiere la gente, y eso es lo que espera la gente del PP, y he visto una reacción muy clara. Hemos sumado más de 200 afiliados en la última semana, y eso es porque la gente no entiende lo que ha pasado, que se cambie un gobierno sin dar el voto al ciudadano.

¿Cree que esta puede ser la última o una oportunidad única para evitar ser devorados por otro partido?

—He vivido muchas oportunidades que se creían que eran la última. Ya vivimos un proceso de refundación en 1990. Vivimos momentos de renovación, adaptación y de transformación del partido y vamos a culminarlo. Pero no es una última oportunidad. He vivido tensiones, crisis, rupturas... y hemos resurgido muchas veces y no nos hemos caído muchas veces que la gente pensaba que nos íbamos a caer. El PP es fiable, eficaz, seguro y es garantía para los ciudadanos. Lo demás está por ver. Otros traen ruina y paro cuando gobiernan, como ocurre con el PSOE, y después tiene que venir el PP a arreglarlo, que parece que se ha convertido en una ley escrita. Es fácil decir cosas cuando no se ha gobernado. A otros la ambición y las encuestas le han hecho perder la situación.

¿Cuáles son sus retos a nivel provincial como presidente del PP?

—Tengo ahora mismo un reto importante, que es ayudar a resolver los problemas de los ciudadanos en los municipios de la provincia. Estar en la oposición no es un inconveniente. Somos un partido de gobierno y debemos actuar así, no somos partido de oposición, y eso significa responsabilidad, buscar consensos. Estar en la oposición no es destruir. Hay que dar ejemplo, ayudar a construir y hacer política en positivo para que tengamos los mejores resultados, aunque no gobierne el PP. Tenemos un reto electoral por delante con las municipales. Veo que la provincia puede dar más de sí, con un gobierno que sea referente. Y dentro de esos retos, el principal pasa por recuperar el gobierno de la Diputación para sumar en la provincia y ocupar el lugar de liderazgo en España. Hay posibilidades de hacerlo. Y el segundo reto es recuperar alcaldías en ciudades importantes. Eso depende más de los candidatos, y mi obligación es presentar a los mejores, pero se tienen que ganar la confianza de los ciudadanos.

¿Cree que la situación de la moción de censura le puede afectar al PP en las municipales?

—Creo que si el PP ahora trabaja en un proyecto renovado, con un nuevo liderazgo, ilusionante, con ideas que han ayudado a superar la crisis en el país de manera positiva, creo que de cara a las municipales es una oportunidad y es importante ilusionar con un nuevo liderazgo. Eso lo sabrán valorar. Era fácil trabajar a la contra del PP y ahora otros tienen que dar la cara y responder a lo que prometieron, así como el PP corregir sus errores y presentarse como partido de gobierno.

¿Las autonómicas como tarde en marzo del año que viene?

—Creo que eso ya va tarde.

¿Su salto natural sería liderar la candidatura para volver al Parlamento o va más allá tras ser delegado del Gobierno e incluso poder liderar el partido en Andalucía?

—No, eso no, porque ya tenemos un líder, Juanma Moreno, para el que trabajo y confío en que sea el próximo presidente de la Junta. Ese es mi compromiso y mi actitud. De todo lo demás no tengo ni idea. No hay elecciones mañana. Cuando se convoquen decidiremos lo mejor para el partido y para mí. Estoy a disposición del partido para ayudar. Cuando Arenas dimitió, yo lo hice. Las etapas pasan y se superan, y no pasa nada. A veces hay que dar pasos atrás, para dar otros pasos adelante. 

Pero dígame si le apetecería ser presidente de la Diputación Provincial.

—Recuperar la presidencia de la Diputación es un objetivo del partido, pero no es un objetivo mío. No está en mí ir en las listas municipales, ya están elegidos los candidatos, que serán próximos alcaldes y alcaldesas, y ahora tenemos que hacer las listas. He estado en el parlamento, he tenido dedicación nacional y el enfoque próximo va dirigido a otro lugar más allá de lo local.

¿Qué le parece la medida anunciada de eliminar las concertinas de la valla de Ceuta y Melilla sin saber primero si eso se puede hacer o si puede provocar una avalancha?

—El fenómeno de la inmigración es muy complejo y hay que tener prudencia y responsabilidad, no usarlo para la demagogia ni el electoralismo. No es una cuestión ideológica cómo se trata o no a los inmigrantes. Se han rescatado casi 18.000 personas en el último año en Andalucía. Veo ahora que se habla de 630 personas en un barco, cuando hemos vivido eso mismo todos los fines de semana y todos los días, con llegada de 300 y 600 personas en un día. No es una cuestión ideológica. Se trata de garantizar el derecho, el respeto a las normas internacionales, atender peticiones de derecho de asilo, de refugiados. Buscar el efectismo sin analizar la situación puede tener consecuencias peligrosas. Los mecanismos de defensa no son caprichosos, no los pone un gobierno porque les guste. El político que crea que sabe más que la Policía Nacional y la Guardia Civil se equivoca. Yo he respetado mucho lo que me decían. Hay que confiar en ellos. Hay que garantizar la seguridad de estas personas, porque una avalancha puede tener consecuencias peligrosas. En los últimos días ha habido mucha gente opinando sin saber. Solo es pensable de alguien que ha llegado y no sabe aún cómo funciona esto. Que se dejen aconsejar por Policía y Guardia Civil es lo que les pido.

Hombre, si se compara lo que ha hecho Italia con lo que ha hecho España, ahí sí hay algo de ideología

—España ha hecho una política sensible y solidaria desde hace mucho tiempo. Y no nos equivoquemos,  detrás del problema de la inmigración también están las mafias, que se extiende a trata de blancas, a redes de prostitución, a redes de extorsión. Muchos de los inmigrantes que llegan a España tienen que llamar a sus familias porque las redes de extorsión les obligan a seguir pagando más dinero.  Se equivoca quien no quiera hablar de eso.

¿Cree que le pueden afectar a Andalucía las malas relaciones entre Pedro Sánchez y Susana Díaz?

—No soy adivino, pero le transmito un deseo, deseo que no. Voy a pensar en positivo. Confío en la actitud responsable de unos y otros. Sería bueno que el nuevo gobierno escuchara a la comunidad autónoma. Juntos hemos tenido que afrontar la realidad, por ejemplo, de los menores inmigrantes, que es de una situación de desbordamiento. 1.500 menores que ha tenido que asumir la administración. El tráfico de menores es una gran preocupación. La Junta lo sabe y por eso advierte al Gobierno central que tengan cuidado con lo que hacen. Porque vienen en motos acuáticas pagando cantidades bestiales y los tenemos que asumir para toda la vida. No es una situación excepcional como se quiere decir, ocurre todos los días y muchas administraciones llevamos mucho tiempo haciendo este trabajo, así como ONGs y cuerpos de seguridad del Estado. Que nadie venga ahora a decir que España ha descubierto la solidaridad. Es ser injusto con grandes profesionales que hacen un trabajo muy importante durante muchos años. Por eso digo al Gobierno que escuche a los profesionales y los entienda: Cruz Roja, Salvamento Marítimo, Guardia Civil, Policía Nacional.

¿Qué habría hecho el PP con el barco Aquarius?

—Lo que sí habríamos hecho es políticas de coordinación con la Unión Europea, y que ésta asuma su papel de coordinación y posicionamiento ante los diferentes gobiernos, y no que cada uno coja por su sitio. Hay que involucrar a la Unión Europea para que mantenga un posicionamiento claro y de exigencia. A algunos les parece una novedad lo del barco. A mí no, porque todos los fines de semana se han coordinado efectivos, incluso cuando han llegado 1.200. Y hemos actuado con un nivel de solidaridad que somos ejemplo  internacional en el mundo. Lo hemos hecho siempre. Ante la tensión generada por Italia, la Unión Europea debió intervenir.

Con respecto al narcotráfico, una de las primeras medidas ha sido aprobar un plan integral para el Campo de Gibraltar. ¿Qué le parece?

—No conozco las medidas. Si no hubiera nada hecho... , pero lo que sume bienvenido sea. Pero dije que íbamos a dar una guerra hasta el final y que los narcos caerían uno a uno, y que plantearíamos la guerra por tierra, mar y aire, y lo hemos puesto en marcha. Ya no solo caen los que alijan, sino organizaciones al completo, incluido las de blanqueo de capitales. Hay una estrategia coordinada para esta lucha. Si ahora se suman nuevas medidas, bienvenido sea. Pero la batalla se estaba dando y con resultados. El problema no es la droga, sino luchar contra el blanqueo de capitales, que es el que sustenta el negocio.

Ha habido denuncia continua de falta de medios, ¿hay presupuesto para acometer esas carencias?

—Si yo fuera comisario o coronel de la Guardia Civil, yo siempre diría que faltan medios, eso seguro, y hacen bien, pero los ciudadanos deben tener la confianza de que los medios se han incrementado; pero es que a lo mejor no debe saber la gente lo que tenemos, ya que no hay que dar pistas a los malos. Hay más medios y efectivos. Hay que desarticular organizaciones criminales muy complejas, y eso requiere investigación, coordinación y un trabajo que es el que se viene haciendo y que aunque parezca insuficiente se han tomado muchas medidas.

¿Con qué momentos de su etapa como delegado del Gobierno se queda y que ha quedado sin poder ver materializado?

—Yo tuve una gran inauguración con el Puente de Cádiz, pero para mí el Corredor Ferroviario es un avance indiscutible, y el compromiso está para que funcione en 2020-2021. Pero hay otro proyecto que tendría que haberse anunciado, porque el día que habíamos quedado para la firma del acuerdo del parque tecnológico y logístico de Las Aletas fue el viernes de la moción de censura. Estábamos citados con la Junta para cerrar el convenio. Dijimos tres meses y lo habíamos cumplido. Lo íbamos a firmar ese día y a presentarlo. Va a ser el mayor parque logístico de Andalucía y ha necesitado de mucho diálogo desde el año 2000 para ponerlo en marcha. Por fin, 18 años después, íbamos a arrancar el proyecto con una enorme trascendencia para el futuro de la provincia, pero tuvimos que suspender la reunión. La política constructiva es positiva. Con Jiménez Barrios hemos trabajado mucho y con el Ministerio de Hacienda para llegar a un acuerdo, y en tres meses estaba todo el trabajo hecho gracias a la labor de muchos técnicos. Eso no quiere decir que no vaya a salir.

¿Con qué se queda de su etapa como delegado en el plano negativo y positivo?

—En lo negativo, me tocó trasladar a los padres de Gabriel que habíamos encontrado al niño y quién era la autora. Fue el momento más duro. Otro, satisfactorio, aunque lo pasamos mal, fue controlar el incendio de Doñana. Viví la unidad de las administraciones, el esfuerzo común de todos. Cómo nos unimos todos para salvar vidas y el parque natural, fue un ejemplo inolvidable. Juntos sumamos.

 

*Entrevista emitida en el espacio A Compás de Ondaluz TV con la participación de Roxana Saenz, Pedro Espinosa y Laura Garófano.

 

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