Las fundiciones de los alrededores de La Misericordia cerraron hace décadas, pero “la presencia de metales pesados aún no ha desaparecido”. Los análisis encargados por Málaga Ahora en los años 2016 y 2017 a laboratorios certificados muestran que “a la altura de la chimenea de la Fundición de Plomo de Los Guindos, conocida popularmente como ‘Torre Mónica’, y a tan solo entre 40 y 60 centímetros de profundidad, todavía hay restos de cobre, zinc, cromo, níquel, cadmio, mercurio y, lo más preocupante, plomo”. "En concreto, tres muestras detectaron a solo 40 cm niveles de plomo muy por encima del máximo legal, que es 275mg/kg", explican desde Málaga Ahora en un comunicado.
Rosa Galindo, concejala de Málaga Ahora, que anunció que su grupo presentará una moción a la Comisión municipal de Sostenibilidad Medioambiental para que el equipo de gobierno realice los análisis oportunos en los terrenos de la zona de juegos infantiles situada en la playa aledaña a la chimenea de Los Guindos y llegado el caso acometa la descontaminación, aseguró que “el Ayuntamiento tiene potestad para realizar sus propios análisis e instar al gobierno central a declararlos suelos contaminados, de manera que el municipio pueda incluirlos en su inventario de terrenos contaminados, que por otro lado tendría que haber estado listo en febrero de 2016, sin que hasta la fecha el equipo del gobierno haya hecho nada por cumplir la legalidad”. Asimismo, pedirán que, si corresponde, "inscriba el terreno en el Inventario municipal de suelos contaminados, cuya creación se comprometió hace ya un año a no demorar más".
Los peligros del plomo
El riesgo para usuarios y vecinos de la zona es importante, debido a la inhalación o ingestión diaria de partículas de plomo, sobre todo en verano. Según la OMS, no existe un nivel de exposición al plomo que pueda considerarse seguro. El plomo se acumula en el organismo con efectos especialmente dañinos en los niños de corta edad y en cierto grado puede alcanzar el cerebro, el hígado, los riñones y los huesos y se deposita en dientes y huesos. El plomo presente en los huesos es liberado hacia la sangre durante el embarazo y se convierte en una fuente de exposición para el feto.
