“En términos de ciclos económicos, la mortalidad es procíclica, lo que quiere decir que sube con la expansión económica y baja cuando se contrae, y no contracíclica (lo contrario), como se esperaba”, escribe el doctor del colegio de sanidad pública de la Universidad de Washington, Stephen Bezruchka.
En cambio, en países en vías de desarrollo el crecimiento económico siempre es bienvenido en el campo sanitario debido a la precariedad de su sistema. Pero cuando un país sobrepasa los 5.000 a 10.000 dólares (3.500 a 7.000 euros) de renta per cápita, la sanidad apenas experimenta una mejora a pesar del crecimiento económico.
Así, el estudio subraya que una mayor riqueza no se traduce en mejor salud para los ciudadanos, ya que un buen sistema sanitario depende de que se usen los recursos de manera productiva.
Por ejemplo “Estados Unidos, país con el mayor PIB per cápita del mundo, tiene una esperanza de vida más baja que casi todos los otros países ricos y algunos de los pobres”, explica el autor. Y en lugares económicamente menos avanzados como Cuba el sistema sanitario es de muy buena calidad debido a la correcta distribución de sus limitados recursos.