Cristian se levanta todos los días a las cuatro de la mañana. Lo hace desde que vive y trabaja en Las Vegas, en el estado de Nevada (Estados Unidos). A esa hora empieza a preparar alguna de las rutas que realiza cada jornada, según la demanda de los turistas, a los que va recogiendo por los hoteles de la ciudad. Él es el encargado de llevarlos hasta el Gran Cañón del Colorado, hacia donde salen en torno a las seis de la mañana. Unos 190 kilómetros de camino realizan, durante el que Cristian Corbacho, un joven guía turístico natural de Cuartillos, una pedanía de Jerez, les cuenta curiosidades sobre Las Vegas, el estado de Nevada, Boulder City o la presa Hoover, que van viendo durante el trayecto.
Me encanta mi trabajo, como amante de la naturaleza que soy, lo mejor que tiene es que es un lugar mágico y que cada tour es distinto al anteriorAntes de llegar a su destino, pasan por el desierto de Mojave, “donde se pueden encontrar parajes y pueblos de la América profunda”, relata Cristian, a quien le recuerda a las películas del Oeste. “También los llevo a conocer Joshua Tree National Park —Parque nacional de Árboles de Josué—, que coge su nombre de una especie de árbol que solo se encuentra en esta zona. Una vez en el Gran Cañón, Cristian los guía por una zona en la que tienen su reserva la tribu india de los Hualapai, que forman apenas unas 1.000 personas en todo el mundo.
Cada día es diferente para Cristian, quien está encantado con su empleo, que está muy lejos de ser monótono. “Me encanta mi trabajo, como amante de la naturaleza que soy, lo mejor que tiene es que es un lugar mágico y que cada tour es distinto al anterior”. Normalmente lleva a los turistas al West Rim —la parte oeste—, que tiene los acantilados más profundos e incluso tiene un mirador con suelo de cristal —Skywalk—que se encuentra a 1.300 metros de altura.
Cristian cuenta que después de vivir en Nueva York se fue de vacaciones con su mujer a Las Vegas, para conocer la ciudad, y quedaron maravillados. “Al volver a casa estuvimos estudiando la situación y decidimos mudarnos”, relata. Antes ya estuvo residiendo en San Juan (Puerto Rico), “donde al contrario que Cristóbal Colón, fue la Isla del Encanto la que me conquistó a mí”, dice.
Allí se quedó y fue donde conoció a la que ahora es su mujer, “convirtiéndose esto en un motivo más para quedarme, por supuesto”, señala. De esa época, además de su pareja, conserva el boricua (puertorriqueño), que provoca desconcierto en los turistas a los que guía por el Gran Cañón. “Los confunde”, dice Cristian entre risas.
El futuro del joven jerezano pasa por quedarse en Estados Unidos, “un país que me ha brindado muchas oportunidades”, dice, ya que “con esfuerzo y dedicación se cumplen tus sueños”. Estar lejos de su familia hay veces que le pesa, pero por ahora se quiere dedicar a “seguir creciendo en lo personal y en lo laboral” a 17 horas de su Cuartillos natal.