“He tenido que jugar al despiste . No me han fallado las fuerzas porque tengo experiencia y he sabido regular. Racaneé un poco y arranqué para soltar a Marzano. Cuando lo logré, sabía que tenía mucho ganado”, señaló Veloso.
El corredor de Vilagarcía de Arousa se mostró pletórico por su primer triunfo en la Vuelta, el más importante de su carrera profesional, iniciada en 2001, junto a la Volta a Catalunya.
“Cualquier victoria en una grande multiplica por tres el valor de un ciclista. Esto es algo muy grande”, dijo Veloso, sexto gallego que gana una etapa en la Vuelta a España.
Un triunfo en Catí que le permite a Veloso compensar el mal momento que pasó con la caída en Lieja, aunque el objetivo del equipo solo se ha cumplido parcialmente.
“Las caídas forman parte de este trabajo y los malos momentos que se pasan hacen que cuando llegan los buenos sepan mejor. El objetivo del equipo no está cumplido al cien por cien porque hemos venido a luchar por la general con Ezequiel Mosquera”, explicó.
Mientras, Samuel Sánchez, líder del Euskaltel Euskadi, comentó al final de la etapa, en la que perdió tiempo respecto a sus rivales directos, que la jornada se le puso “muy cuesta arriba desde el principio”, que sufrió molestias por las heridas de la caída de la víspera y que por ello trató “de perder el menor tiempo posible”.
“Ha sido una etapa en la que he sufrido desde el primer momento. Las heridas me han molestado y se me ha hecho muy cuesta arriba. Traté de perder el menor tiempo posible, por eso subí a mi ritmo sin entrar a los acelerones”, explicó el campeón olímpico en ruta.
A pesar de haber perdido tiempo con sus rivales –ahora es sexto en la general a 1.03 minutos de Alejandro Valverde–, Samu no da por perdida la Vuelta.
“La Vuelta no está sentenciada, ni mucho menos. Quedan muchas etapas importantes y aún puede pasar de todo. Ahora, lo que más me preocupa es recuperarme de los golpes y heridas y tratar de dar el máximo”, concluyó.
Décima etapa
El pelotón recuperará hoy cierta tranquilidad después de tres días consecutivos muy intensos y exigentes marcados por la contrarreloj individual de Valencia y las dos duras etapas de montaña con final en el Alto de Aitana y Xorret del Catí.
La décima etapa unirá Alicante y Murcia, con un recorrido de 169,5 kilómetros y un solo puerto de montaña, de segunda categoría, en el 158.
Antes de afrontar el tríptico andaluz con finales en Velefique, Sierra Nevada y La Pandera, tanto el final en Murcia como el siguiente en Caravaca de la Cruz se presentan propicios para aquellos cuyos objetivos no se centran en la clasificación general.