La capilla del Sagrario de la iglesia de San Mateo cuenta ya con un columbario con capacidad para preservar los restos de 98 personas. La iniciativa ha sido promovida por la Hermandad del Desconsuelo y tiene un doble objetivo. De un lado, atender una demanda de sus propios hermanos y devotos. De otro, obtener ingresos que puedan destinarse a la rehabilitación y mantenimiento de uno de los templos históricos de la ciudad.
La bendición del columbario se hizo coincidir con la eucaristía en la que anualmente se evoca a los difuntos, si bien se venía trabajando en este proyecto desde hacía ya bastante tiempo. “Esto se ha estado fraguando mucho tiempo, buscando sobre todo el lugar que resultara más idóneo. En principio se pensó en la cripta, pero el acceso era complicado; más tarde se pensó en la capilla de las Ánimas, pero también había problemas para acceder. Así que finalmente se optó por la capilla del Sagrario, detrás del retablo, donde está el camarín de la Virgen”, explicó el hermano mayor de la Hermandad del Desconsuelo, Francisco Zurita.
La actuación ha sido ejecutada por la firma de arquitectura jerezana Pérez de Eulate, elevándose el coste a unos 30.000 euros. En la misma noche de este lunes ya fueron depositados en sus correspondientes urnas los restos de algunos hermanos y devotos cuyos familiares habían esperado a este momento para colocarlos bajo el amparo de María Santísima del Desconsuelo.
Ellos han sido los primeros, pero no los últimos. De hecho, Zurita aseguró que la hermandad tiene “entre 15 y 20 peticiones firmes” de reserva de plaza en este columbario. “Calculo que en breve espacio de tiempo tendremos cubiertas la mitad de las plazas, de modo que el que quiera un sitio se tendrá que dar prisa”, apostilló.
El precio de la reserva para este último viaje ronda los mil euros y las plazas se adjudican por un periodo de 40 años, renovable. Una vez que se amortice la inversión se empezarán a generar beneficios que se destinarán fundamentalmente a culminar la rehabilitación de la sacristía, un proyecto del que aún restan algunas actuaciones. El siguiente reto no es otro que el de rehabilitar la espadaña, lo que permitirá que el barrio de San Mateo vuelva a escuchar el sonido de las campanas de su iglesia.
Según Francisco Zurita, la Hermandad del Desconsuelo demuestra con esta iniciativa su inquietud por garantizar la supervivencia y el mantenimiento del templo. Y a este objetivo pueden colaborar desde ahora incluso aquellos que no se encuentran ya entre los vivos.