El alma máter de la casa de acogida Anydes, Manoli Bautista, denuncia a este medio que hace ocho meses que está de baja de su puesto de directora de la misma debido a problemas de salud derivados de las presiones y amenazas recibidas, que han provocado problemas de salud que le impiden acudir a diario a su puesto de trabajo.
Desde que en noviembre de 2016 se cursó una denuncia contra Manoli Bautista y varias trabajadoras del centro, y de la que no se le ha dado a conocer la identidad de la persona denunciante, presentaron alegaciones a la misma, sin que se les haya dado respuesta, por lo que existe el silencio administrativo ante tal caso.
Así, la presidenta de la asociación recibió un escrito del área de Bienestar Social, firmado por el entonces edil del ramo, el concejal de Levantemos José Antonio Oliva, en la que se decía que se le hacía entrega de “un documento que recoge un resumen de varias quejas recibidas, referidas a la gestión que se realiza en la referida asociación, y se le concede un plazo de quince días para presentar un informe-respuesta con las aclaraciones que considere oportunas”.
Dicha denuncia se refiere a la labor de estas tres personas con relación al resto de trabajadores, usuarios, la utilización del centro en beneficio propio y familiar, la gestión de la comida que llega, o la propia gestión de las instalaciones.
La casa de acogida cuenta con un convenio de colaboración con el Ayuntamiento y otro con la Diputación Provincial de Cádiz, que no se han revocado, explica Bautista, por este hecho, por lo que considera que no se le ha dado especial importancia, pero sí que alega que esta denuncia ha sido utilizada para “chantajearnos cuando nos hemos reunido con el equipo de Gobierno. Si veníamos a pedir algo, o a pedir ayuda o colaboración, siempre nos decían que la denuncia estaba ahí, pero en cambio no me han dado respuesta alguna”.
Esta situación, adelanta Manoli Bautista, han creado una situación “insostenible” que ha afectado a su salud, así como al ambiente que se vive en el centro de acogida, la reputación de este espacio, que lleva años en pie ayudando a presos, personas sin hogar y con problemas de inserción laboral. Además, asegura que “pensaba que con el gobierno actual esto no iba a pasar”, debido al carácter social del mismo, “pero no ha sido así, y la situación está peor que siempre”.
Bautista ha solicitado una reunión al alcalde, David de la Encina, que no la ha recibido, “pero quiero saber quién ha denunciado, porque pienso seguir adelante”, para solicitar una solución a este problema. Pero de Izquierda Unida también asegura no haber recibido el apoyo que esperaba.
La labor de la casa de acogida, y por ende de Manoli Bautista, ha sido respaldada por ciertos organismos que colaboran con la casa de acogida, e incluso por instituciones y entidades como la Flave, que entregó el Premio Participa a Bautista, en representación de Anydes, por la labor realizada. Además, apunta que en 2004 también recibió la rosa de plata del PSOE por la labor realizada, “pero ahora en cambio todo es distinto”. Por otro lado, la Policía Nacional también ha destacado la importante colaboración que ha recibido el servicio de atención a la familia, la fundación Construyendo Futuro, que cede de forma gratuita las instalaciones de El Madrugador, José Chamizo como presidente de la asociación Voluntarios por otro mundo, ex trabajadores del centro, letrados,
Bautista lleva 25 años gestionando la casa de acogida, y más de 30 trabajando con gente con problemas. De hecho, las primeras personas a las que ayudó fueron mujeres afectadas por la droga, y después en centro de día a los hombres con el mismo problema, llegando después los presos. Gracias a la labor de Ángel Angulo consiguió tener su primer piso en 1993, que después se convirtió en la casa de acogida, que ha tenido distintas sedes, hasta llegar al edificio ubicado en La Florida.
De la memoria explicativa del centro municipal de acogida e inserción laboral para personas sin hogar se extrae que la finalidad del centro es ser un establecimiento de carácter temporal, destinado a acoger a este colectivo en estado de exclusión social, prestando los medios necesarios para normalizar su convivencia, procurando la necesaria intervención para su inserción social. Además, se apunta que la titularidad es del Ayuntamiento, y la gestión de Anydes. El centro cuenta con capacidad de 37 plazas, diez de ellas siendo dormitorios dobles, cinco individuales, y tres, apartamentos familiares de cuatro plazas cada uno. Dispone de zona de aseo, sala de estar, comedor, talleres y zona administrativa.
Al hilo de este asunto, Manoli Bautista asegura que deja el centro tras 25 años, siendo la responsable del proyecto desde 1993, con la ayuda de Ángel Angulo. Hasta 1998, la casa se mantuvo gracias a las subvenciones de Cáritas, gracias a Pepe Serrato, año en que el Ayuntamiento solicitó trabajar con transeúntes, trabajo que hicieron como voluntarios, sin cobrar. Y en 2002 el Ayuntamiento les cedió una casa en la avenida de Valencia. Y ya fue en 2014 cuando se les trasladó al actual edificio, debido a las malas condiciones en que estaba el anterior.
Además, señala que los socialistas, que llegaron al gobierno de la ciudad en 2016 “se han dedicado a hacernos la vida imposible”, al igual que el edil de Levantemos, que “el tiempo que tuvo el poder se lo pasó amenazando con temas como sacar el convenio a concurso, cedérselo a otra asociación, etc”. Por otro lado, apunta que las subvenciones llegan tarde, lo que supone que tengan que poner “dinero de nuestro bolsillo”.
Y tras más de 30 años “no puedo más”. Por otro lado, agradece la labor de las trabajadoras sociales del Ayuntamiento, “que nos han tratado muy bien, contando siempre con los profesionales de la casa”, así como a otros profesionales de localidades cercanas.
Finalmente, Manoli Bautista quiere “dar las gracias a todas las personas que han pasado por mi vida”.
