La Fiscalía ha solicitado prisión permanente revisable para un padre acusado del asesinato de su bebé, de 6 meses, fallecido el 17 de junio del 2017 en un hospital sevillano como consecuencia de una "brutal agresión" que le provocó un triple traumatismo craneal.
En su escrito de acusación, del 16 de noviembre y al que ha tenido acceso Efe, el Ministerio Público considera a B.S.R., en prisión provisional, coautor de un delito de abandono familiar por el que le pide seis meses de prisión, autor de maltrato habitual por el que le pide un año de cárcel y autor de asesinato con alevosía y la agravante de parentesco por el que solicita para él la prisión permanente revisable.
A la madre,R.F.G., la acusa de abandono familiar y maltrato habitual, delitos por los que pide un año y medio de cárcel, si bien su defensa solicita la libre absolución al argumentar que existen pruebas documentales de citas médicas que contradicen tal abandono y que no participó en ningún acto de maltrato ni vio al padre hacerlo.
Es el segundo caso en el que la Fiscalía de Sevilla pide la prisión permanente revisable tras solicitarlo sin éxito para el acusado de la violación mortal a una mujer en el Parque de María Luisa, condenado finalmente a 25 años de cárcel.
También ha anunciado que solicitará esta pena, que desde el 2015 se ha impuesto en toda España a cinco condenados, la acusación particular que representa a la familia de Sandra Capitán y su hija de 6 años, Lucía, asesinadas en septiembre del 2017 junto a la pareja de ella y cuyos cuerpos fueron hallados enterrados en sosa cáustica en el pozo de una casa en Dos Hermanas.
En el caso del bebé fallecido, la Fiscalía sostiene los padres hicieron "dejación de sus obligaciones" y "no procuraban los cuidados necesarios" a un bebé que nació prematuro e incluso tuvo que ser operado de una perforación instestinal, de la que recibió el alta el 8 de abril del 2017, cuando fue entregado a sus padres, si bien el hospital cursó el día 11 "notificación de maltrato a los Servicios Sociales" por esta desatención.
Desde que recibió el alta estuvo bajo "responsabilidad exclusiva" de los padres, de 19 y 18 años, que vivían en un piso ocupado y consumían "porros" en presencia del niño.
Según la Fiscalía, llegaron a tenerlo "hasta 12 horas sin comer", la madre "le retiró el suplemento de hierro y la leche especial" que tenía prescrita y no lo llevaron a nueve citas programadas en Neonatología para que "no se detectase la ausencia de cuidados, los signos de desnutrición" y "los hematomas producidos" que salieron a la luz cuando finalmente lo llevaron al hospital el 12 de junio alegando que se había "atragantado con la leche del biberón".
Según el Ministerio Público, los hematomas fueron causados por el padre cuando en "fecha no determinada del mes de mayo", intentando darle el biberón y debido a que el bebé no paraba de llorar, "le apretó con fuerza la cabeza", le "presionó las mandíbulas" y "lo zarandeó", todo ello en presencia de la madre que "no hizo nada para impedirlo y tampoco lo llevó al hospital".
El 12 de junio del 2017, el padre se quedó sólo con el bebé y "con ánimo de causar la muerte a su hijo, quien no tenía capacidad alguna de defensa dada su corta edad, o en toco caso sin importarle que se muriera, apretándole la cabeza le chocó contra una superficie lisa y dura no determinada al tiempo que lo zarandeaba de forma brusca".
Ello le provocó una triple fractura craneal cuando llegó una amiga de la pareja a la casa quien, al ver estado del niño y sin saber lo que había pasado ya que el padre le dijo que se había atragantado, lo llevó al hospital, donde su exploración relevó su desnutrición, los hematomas y la triple fractura, negando en todo momento los padres que hubiera sufrido ningún traumatismo.
El bebé murió en el hospital el 17 de junio por la "brutal agresión" del padre, que será juzgado junto a la madre por un jurado.