La cuestión es que los trabajadores no quieren que ocurra lo mismo que el año pasado, cuando estuvieron en plenas navidades negociando una prórroga del convenio colectivo que tienen en la actualidad. Y lo que quieren es negociar uno nuevo para dos años.
No piden en principio ni más dinero, lo mismo que han hecho hasta ahora que han primado la incorporación de nuevos trabajadores a una subida de salarial, porque “yo hago lo mismo con 20 euros más o menos al mes”, decía el secretario del comité de empresa, José Antonio de la Cruz.
Lo que piden es sentarse a negociar con el único interlocutor que tienen en la actualidad, Urbaser, porque desde que se apruebe la concesión hasta que llegue la nueva empresa va a pasar el año, mucho más si como está previsto se produzcan impugnaciones de la concesión.
Dejan claro que quieren hablar antes del Pleno con la empresa apuntada por la mesa de contratación, Cespa, para conocer sus intenciones, pero la prioridad es apuntalar el diálogo.
Lo segundo es que no quieren que se apruebe el día 21 la concesión del servicio con la plica actual, fundamentalmente porque es una losa para la plantilla y de esa plica puede salir cualquier cosa. De hecho, nadie del Gobierno ha sido capaz de explicarles de dónde salen esos números y las mejoras propuestas. Y ellos no se las creen, calculadora en mano.
La prioridad, pues, es que la aprobación quede sobre la mesa y de camino que alguien de Desarrollo Sostenible explique por qué se decidió hacer una plica con la antigua legislación de contratos, que prioriza los intereses de las empresas en los años de crisis, en vez de hacerla con la nueva aprobada diez días más tarde y más garantista con los derechos de los trabajadores que la elegida.
Por lo pronto y dado que hasta ahora el diálogo -o el monólogo de los trabajadores- no ha dado resultado, han convocado una concentración para el día 22 en la puerta del Ayuntamiento y apuntan a una huelga en plena Semana Santa. Los partidos municipales se tendrán que retratar en la sesión plenaria de la semana que viene y a tres meses de las elecciones colgarse el sambenito de haber perjudicado a un centenar de trabajadores y beneficiar a las empresas. Además de apuntarse una huelga de Limpieza en fechas tan señaladas.
