“Las elecciones se ganan con votos, no con encuestas”, afirmó el primer ministro, José Sócrates, con aparente preocupación por que la abstención pueda diluir los más de ocho puntos de diferencia respecto al Partido Social Demócrata (PSD, centro-derecha) que recoge el muestreo difundido ayer.
Pero fuera de los mítines y actos electorales, donde la consigna parece ser no presumir de victoria, los socialistas, con un 40% de apoyo, empezaron a soñar incluso con conservar la mayoría absoluta que lograron en las anteriores legislativas de 2005, con el 45% de los sufragios.
Esta posibilidad, pesadilla de todos los partidos que rodean al PS por la derecha y por la izquierda es remota, según todas las encuestas, pero los rivales de Sócrates no dejan de airearla y hurgar en las cicatrices de cuatro años de poder para reclamar un voto de castigo o al menos de frenazo a la apisonadora socialista.
La principal oponente del primer ministro, Manuela Ferreira Leite, resta además importancia a los sondeos y no se da por aludida del desgaste que aparentemente reflejan, tras las polémicas en las que se ha visto envuelto el centro-derecha.
Las críticas al proyecto de tren de alta velocidad (TAV) con España o el caso de un supuesto espionaje gubernamental al jefe del Estado, el conservador Anibal Cavaco Silva, que se volvió esta semana en contra del PSD, no le han ayudado a ganar apoyos sino, en todo caso, a perder algunos puntos a lo largo de los sondeos de este mes.
Pero Ferreira Leite descalificó las estadísticas y recordó ayer que también las encuestas previas a las elecciones europeas de junio anticipaban una victoria socialista.
En cambio fue el PSD, subrayó, quien ganó la votación en esos comicios, en los que obtuvo el mismo apoyo, del 31% que le da el sondeo de ayer, aunque entonces superó en cinco puntos a los sufragios socialistas.
La ex ministra de Cavaco se declaró satisfecha por la forma en la que se ha desarrollado su campaña e insistió, en un acto electoral, en la distancia que separa sus postulados de los que defiende el PS, y recordó que los portugueses tienen que decidir el domingo entre “dos opciones muy diferentes”.
“Fue la campaña que imaginé porque no he hecho nada presionada por lo que no quiero hacer”, aseguró Ferreira Leite, a la que comentaristas de la prensa y alguna figura de su partido le achacan errores de estrategia electoral y haber sido perjudicada por el caso del espionaje a Cavaco.