Agentes de la Policía Nacional han detenido en Málaga a un hombre de 62 años y nacionalidad uruguaya, aunque se ha comprobado que tenía hasta 14 identidades distintas de diversas nacionalidades, como presunto responsable de cinco delitos de hurto cometidos en establecimientos de restauración de hoteles del centro de la capital.
Las investigaciones han permitido el esclarecimiento de cinco hechos delictivos perpetrados en los últimos 12 meses. Al investigado, además, se le atribuye un delito de falsedad documental. El investigado se hacía pasar por ciudadano italiano presentando para ello un pasaporte falso.
La investigación se inició a raíz de la denuncia interpuesta ante la Policía Nacional el 20 de abril de 2018 por una turista víctima de un hurto. Los hechos se habían producido sobre las 0830 horas, cuando la denunciante desayunaba en la cafetería de un céntrico hotel de la capital malagueña y depositó su bolso, con sus efectos personales y una importante cantidad de dinero, en una silla próxima a ella y alguien se lo sustrajo. Poco después recuperaron el teléfono móvil y 2.500 euros en efectivo.
Días más tarde, el 10 de mayo de 2018, se produjo otro hurto de similares características en un bar de un hotel de la zona centro. El 2 de agosto, se producía otra sustracción con idéntico modus operandi; y así hasta en un total de cinco ocasiones, han indicado desde la Policía en un comunicado.
Tras varias pesquisas los agentes comprobaron que tanto las características como el modus operandi del autor de los hurtos se correspondían con el de un hombre cuya actividad delictiva se remontaba a finales de abril del 2018, periodo en el que repitió su presencia de forma alterna en la capital malagueña, actuando siempre de la misma manera.
Fruto del dispositivo establecido, los agentes localizaron a esta persona que fue detenida en un hostal de Málaga donde se encontraba hospedado. En el momento del arresto, le intervinieron el pasaporte italiano falsificado que utilizó.
Según las pesquisas, el investigado se desplazaba a Málaga alojándose en hostales en los que nunca actuó utilizando para ello una identidad italiana que resultó ser falsa. Una vez que elegía el lugar donde posteriormente llevaría a cabo su actuación, cafeterías de hoteles del casco histórico, se adentraba en la zona de restauración a primera hora de la mañana, lugar en el que, gracias a su aspecto y actitud sosegada, aparentaba ser un cliente más, no desentonando ni provocando ningún tipo de suspicacia.
A continuación, seleccionaba a su potencial víctima --mujer turista-- y aprovechando un descuido de ella, sustraía el bolso que la clienta había depositado próximo a ella. Seguidamente, con total calma, abandonaba el lugar con el botín.
