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Viernes 15/11/2024
 

San Fernando

"Necesitamos la mayor movilización histórica para salvar el planeta"

Juan Verde hizo un alegato en defensa de acciones contundentes contra el cambio climática durante su discurso con motivo del 24-S.

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El Real Teatro de las Cortes ha acogido este martes el acto institucional con motivo de un nuevo 24 de Septiembre, 209 años después de que las Cortes Constituyentes. En esta ocasión el ponente fue Juan Verde para abordar la situación del cambio climático. El que fuera asesor de presidente Obama, entre otros, y presidente en la actualidad de la Advanced Leadership Foundation ofreció una conferencia titulada Cambio climático: una oportunidad de desarrollo para la democracia. El confereciante estuvo acompañado en la mesa situada en el centro del escenario del Real Teatro de Las Cortes por la presidenta de la Diputación Provincial de Cádiz, Irene García, y la alcaldesa isleña, Patricia Cavada.

Verde aprovechó la jornada reivindicativa del 24-S en la localidad isleña para hacer un feroz alegato sobre la situación en la que se encuentra el planeta como consecuencia del cambio climático y, en este sentido y con datos en las manos, concluyó en la necesidad que existe de que la sociedad civil salga a la calle para reclamar medidas contundentes para paliar sus efectos que desde hacer años ya se están dejando sentir y están afectando a todos y cada uno de los que forman parte de este mundo. Fue contundente al señalar que "necesitamos la mayor movilización ciudadana de la historia para salvar el planeta", e hizo un llamamiento al ser humano al indicar que "no podemos seguir adelante como si no sucediera nada, les estamos robando el futuro a nuestros hijos que tanto amamos".

Así, recalcó la necesidad de una apuesta decidida por la economía verde y que se apoye a aquellas empresas que sean responsables con el medio ambiente o, como, respaldar políticamente a aquellas formaciones que se vayan a convertir en garantes del medio ambiente.

Y es que los datos son los que son y Juan Verde fue tajante al señalar que el cambio climático va a provocar en los próximos 30 años que más de 140.000 millones de personas sean expulsado de sus hogares como consecuencia de los distintos fenómenos climáticos que se están dando ya en los últimos años.

Por otro lado, y en cuanto a la economía verde y la apuesta decidida que las empresas deben hacer por ella, el canario defendió sus bondades al indicar que las predicciones que apunta a que hasta el año 2030 se prevé que genere 65 millones de nuevos empleos y beneficios de 26.000 billones de dolares.

Discurso completo

"A continuación el discurso completo de Juan Verde, que fue despedido por una sonora ovación por parte del respetable que casi llenó por completo al aforo del Real Teatro de Las Cortes.

"Señora alcaldesa, señora presidenta de la Diputación, estimadas autoridades civiles y militares, queridas amigas y amigos presentes. Como español y sobre todo como persona de convicciones profundamente democráticas, me siento muy honrado por haber sido invitado a este prestigioso acto conmemorativo, en una fecha histórica tan relevante para este país, el Aniversario de las Cortes Constituyentes. Gracias por haberme invitado a este solemne acto a hablar sobre temas tan trascendentales para nuestro futuro, como son la democracia, la sociedad civil y la lucha contra el cambio climático.

Gracias, señora alcaldesa, por su absoluta convicción sobre la importancia de luchar contra el cambio climático y sobre todo, por sus contundentes acciones como líder político de San Fernando para combatir esta grave amenaza que se cierne sobre la humanidad.  Gracias por tanta valentía. Gracias por esa gran pasión que siente usted por su ciudad y por su país. Gracias por demostrar con sus acciones, que, como líder y como ciudadana del mundo, se puede y se debe ser responsable y coherente con sus propios valores. Por muy difícil que sea.

Hoy, celebramos que aquí, en esta sala, se colocó hace 209 años la primera piedra de la democracia española. El 24 de septiembre de 1810, las Cortes proclamaron que eran depositarias de la soberanía de la Nación y que, por tanto, se erigían como poder constituyente. Hoy celebramos, ni más ni menos, que el primer día en que el pueblo español verdaderamente tomó por primera vez las riendas de su propio destino. 

 Hoy, celebramos ese primer paso que se dió en este país en el camino del parlamentarismo moderno, de la soberanía popular, y que permitió dos años después, que los diputados jurasen la Pepa, nuestra primera Constitución. Todo ello, fue un precedente histórico e importantísimo para nuestra actual Constitución de 1978.

 Nuestra actual democracia no hubiera existido sin, primero, por supuesto, ese hito histórico en 1810 aquí en Cádiz. Ese primer paso creó las condiciones propicias para que se pudiera desarrollar el pensamiento y los valores democrático en este país. Y en segundo lugar, no estaríamos hoy aquí sin esas extraordinarias movilizaciones previas, durante y después de la transición española: esa participación activa de esos miles y miles de jóvenes y ciudadanos comprometidos, que salieron a las calles, esa demostración de la sociedad civil en su máxima expresión, que tanto marcó a España y nos dió la democracia actual.

 Sin embargo, hoy la sociedad en general y particularmente la democracia, se enfrentan a un nuevo reto de gran envergadura: el cambio climático es sin lugar a dudas, una grave crisis planetaria que pone en juego no solo la democracia, sino incluso nuestra propia supervivencia como Humanidad. El cambio climático hoy representa la mayor amenaza que ha vivido la Humanidad en toda su Historia.

 El Cambio Climático es real y nos afecta a todos nosotros, aquí, hoy: nos afecta como madres, como padres, como mujeres, hombres, hijos... líderes, y ciudadanos del mundo. 

 Hoy, aquí, ante todos ustedes, propongo que la forma más efectiva de subsanar este problema que se denomina Cambio Climático, es justamente a través de esos mismos mecanismos democráticos de los que hablaban los diputados de la cortes ya en 1810.

El cambio Climático, solo se podrá combatir, si entendemos que ha llegado el momento de la colaboración y la participación ciudadana, del activismo y de la sociedad civil. Y sí, ha llegado el momento de que exista una gran movilización mundial sin precedente alguno que nos una a todos bajo una causa común y devuelva la esperanza en la política, en los partidos políticos, en el sistema democrático mismo. 

 La lucha contra el cambio climático es esa causa unificadora y universal que nos debe unir a todos.  Entendiendo que ha llegado el momento de unir esfuerzos más allá de cualquier ideología política, o incluso más allá de los intereses cortoplacistas de ciertos sectores de la economía, o incluso más allá de ciertos intereses miopes de algunas naciones y empresas 

Ha llegado el momento, porque lo que hay en juego es la propia supervivencia del ser humano en el Planeta. No pasa un solo día sin que veamos nuevos e innegables eventos y catástrofes climáticas. evidencias de que el cambio climático es una realidad actual. Estamos viendo sucesos climáticos extremos, con los hielos de la Antártica y Groenlandia derritiéndose a una velocidad sin precedente, décadas antes de lo proyectado por los científicos. Las sequías que se intensifican, los océanos que se acidifican

 Las consecuencias irreversibles del cambio climático no son algo que vaya a ocurrir dentro de 50 años, o 100 años… cuando ya no estemos aquí. Es algo que está ocurriendo hoy, y nos está afectando a todos los ciudadanos del planeta.  No existe un solo país en el mundo, grande o pequeño, rico o pobre, que no esté sintiendo de forma directa y severa las consecuencias del cambio climático…

La cuenta atrás ya ha comenzado. La ONU ha lanzado un mensaje claro y definitivo: estamos a tan solo 11 años de provocar una reacción en cadena irreversible, que escapará a nuestro control con consecuencias desastrosas para los seres humanos y todos los ecosistemas que nos sostienen. 11 años para el principio del fin de nuestra civilización tal y como la conocemos hoy.

Ha llegado el momento y no podemos esperar, porque el tiempo se agota. El cambio climático se ha convertido en una realidad ineludible, alarmante y que requiere una respuesta inmediata. Amenaza la raza humana y nuestro modo de vida. Las consecuencias del calentamiento de la Tierra son literalmente una lucha por nuestras propias vidas.

En los últimos 20 años, se han producido los 18 años más cálidos jamás antes registrados. los cinco últimos años han sido también los cinco más calurosos de la Historia, y saben que? Según los expertos, este año en curso, 2019, probablemente volverá a batir todos los récords de altas temperaturas.

Las olas de calor extremas, los incendios forestales, las tormentas y las inundaciones están dejando un rastro de muerte y devastación.

El hielo marino ártico está desapareciendo más rápido de lo que imaginamos posible, por delante de las previsiones más pesimistas que se habían dado hace unos años.

Los incendios forestales duran más y se extienden más. Algunos de estos fuegos son tan grandes que envían hollín y cenizas alrededor del mundo, ennegreciendo los glaciares y las capas de hielo, haciendo que se derritan aún más rápido. En Gran Canaria, la isla que me vio nacer, acabamos de sufrir el peor incendio en la historia del archipiélago Canario y las consecuencias han sido infernales.

Los océanos se vuelven más ácidos y amenazan la base de la cadena alimentaria que sostienen la vida en los mares.

Los corales se están muriendo a un ritmo acelerado, destruyendo aún más los ecosistemas y vida marina que nos dan de comer en las costas e islas en muchísimas partes del mundo.

En las praderas y grandes extensiones agrícolas, el alto nivel de dióxido de carbono en la atmósfera está haciendo que los cultivos sean menos nutritivos, amenazando el bienestar y seguridad alimentaria para miles de millones de personas.

El aumento de las temperaturas está haciendo que cada vez sean más los desastres naturales y más destructivos sus efectos.¿Sabían que a día de hoy el cambio climático en todo el mundo causa más migraciones que la guerra y los factores económicos juntos? Según el Banco Mundial, el cambio climático expulsará de sus hogares a nada más y nada menos que 140 millones de personas en los próximos 30 años. Ya en el 2018 se registraron 17 millones de desplazamientos relacionados con desastres naturales.

 En mi caso personal, este no es un tema que me quede lejos cuando leo las cifras. Mi hija Allegra de 7 años, mi hijo Juan de 5 años, mi familia y yo, fuimos refugiados climáticos, hace menos de dos años, a consecuencia del huracán María en Puerto Rico. Yo he visto el llanto de desesperación de mis hijos ante la destrucción masiva de todo un país: casas, puentes, colegios, cosechas... absolutamente todo devastado. Mi familia y yo tuvimos que hacer las maletas y marcharnos de ese gran país que tan cálidamente nos había acogido. 

 Hace tan solo unas semanas, el huracán Dorian dejó a su paso a miles de desaparecidos y unos niveles de destrucción y muerte jamás antes vistos en las Bahamas.  El huracán, Maria, tras su paso por Puerto Rico, dejó 4.727 muertes. Señoras y señores, esas son más víctimas mortales que en el atentado del 11 de septiembre. Hemos hecho una gran movilización bélica mundial por las Torres Gemelas y según los expertos hemos gastado entre 3 y 5 trillones de dólares. ¿cómo no hacemos nada ante estas masacres causadas por el cambio climático?.

Esto no solo está ocurriendo en países recónditos y lejanos… Esto está pasando aquí, en España, en Andalucía, en Cádiz… En este país tenemos una gran riqueza natural: contamos con la biodiversidad de aves, mamíferos y reptiles más alta de toda Europa, y la tercera en anfibios y peces. Todos ellos están en grave peligro si no se revierte el calentamiento global.

 He aquí un dato sobrecogedor: estamos ante la sexta extinción masiva de la historia, en la que la tasa de extinción es 10.000 veces más rápida de lo que se considera normal. Se estima que desaparecen al menos 200 especies cada día”.

o sea, que dentro de un año habrán desaparecido por completo más de 73.000 especies de la faz de la tierra. Especies que nuestros hijos no verán nunca más, ni los hijos de nuestros hijos. ¿Es éste el legado que les queremos dejar?

Es más, les diré algo: Una de cada 3 especies están en peligro de extinción, y una de ellas, ¿saben cuál es? El ser humano. Por eso ha llegado el momento de sumarnos a un gran esfuerzo de proporciones mundiales, iniciar una nueva era de activismo y ejercicio democrático para exigir un cambio radical y ahora. Nosotros mismos como sociedad, hemos de seguir evolucionando política y democráticamente. La naturaleza nos enseña que las especies que no evolucionan se extinguen. 

La lucha contra el cambio climático, nos presenta una oportunidad económica única, si sabemos aprovecharla.

La economía verde nos da la oportunidad de promover el desarrollo económico y bienestar social y al mismo tiempo cuidar el medioambiente y combatir el cambio climático.

No tenemos que elegir entre una opción u otra. Entre el desarrollo económico y salvar el planeta. Son los dos y van de la mano.

Sí que podemos usar el poder de la innovación tecnológica para salvar la tierra, nuestra casa común, la única que tenemos. la ciencia está de nuestro lado. Hoy gracias a los grandes avances tecnológicos, la economía verde es tambien la economía del futuro. El negocio responsable con el medio ambiente es y debe seguir siendo el mejor negocio.  Además de que la economía Verde es tambien una oportunidad para que, tanto a nosotros como a la economía, nos vaya bien, y hagamos el bien

De hecho, este replanteamiento sobre un nuevo modelo económico más sostenible puede traer enormes beneficios a la humanidad. Sólo en términos económicos, se estima que una aceleración de esta transición hacia una economía verde puede crear más de 65 millones de nuevos empleos en todo el mundo y generar 26.000 billones de dólares de aquí al 2030… esto… Esto, frente a las pérdidas generadas en la actualidad por seguir dependiendo del petróleo y el carbón.

Luchar por el cambio climático es tambien luchar por la igualdad, y por la justicia… luchar por el cambio climático es apostar por el desarrollo económico de los países más necesitados.

Las naciones más ricas del mundo son tambien las más responsables de la crisis climática, pero los efectos, los sienten en primer lugar y en su peor forma las naciones más pobres, y las personas más vulnerables.

Luchar contra el cambio climático, se debe hacer no solo porque es lo correcto, ético y moral, sino porque tambien tiene sentido para nosotros aquí en Europa. No podemos olvidar que luchar por la justicia social y la prosperidad de todos, sin importar en que país vivan los afectados, su color de piel o que religión profesan, nos afecta también a todos los demás ciudadanos del mundo de forma directa. En un mundo económicamente globalizado y políticamente interconectado como el que vivimos, es evidente que se da un extraordinario efecto mariposa, de interconectividad e interdependencia.


 

El cambio climático es una crisis global, pone en peligro los océanos, las especies y vida animal, la seguridad, la salud, el suministro de alimentos, amenaza la paz, la democracia y los derechos humanos.   Las pruebas son innegables: nuestra destrucción de la biodiversidad y del ecosistema, ha alcanzado niveles que ponen en riesgo nuestra vida como humanos en el planeta…    pero hay motivos para ser optimistas….

Se empieza a ver un enorme despertar de la sociedad civil en muchos lugares del mundo, demandando y exigiendo una mayor y más contundente respuesta de los gobiernos a la grave crisis climática. Hay un clamor por el cambio climático en las calles, que se manifiesta cada vez más, en las asociaciones, instituciones, grupos ciudadanos, estudiantes y la población en general.  Estos grupos son los catalizadores de esos millones de personas que se suman a las extraordinarias y multitudinarias manifestaciones de millones de personas en todo el mundo, que inundan las principales ciudades del mundo cada vez con más frecuencia.

Me refiero, por ejemplo, al extraordinario caso de Greta, la niña sueca que lidera el movimiento los Viernes por el Futuro en los que millones de niños dejan de ir a clase los viernes para protestar y que tanto impacto está teniendo a nivel global… 

 Solo hace falta ver la encuesta realizada por el Pew Research Center, una entidad no gubernamental de estudios sociales con sede en Washington DC, la cual entrevistó a 45.340 personas de 40 países, y concluyó que el cambio climático es ya la principal preocupación a nivel mundial.

Estos movimientos ciudadanos están surgiendo efecto en todo el mundo y con sus exigencias demandan respuestas inmediatas y acciones concretas y reales frente a la crisis climática.  Un claro ejemplo, son los movimientos ciudadanos que exigen a las autoridades públicas que declaren la emergencia climática y que han conseguido que más de 1100 jurisdicciones y gobiernos locales en 17 países hayan ya realizado esta declaración.

La gran importancia de estos movimientos ciudadanos no solo radica en su capacidad para movilizar a millones de personas, a través del activismo climático, sino quizás más importante aún, es que están convirtiendo a estos mismos millones de personas en ciudadanos comprometidos y de amplia conciencia social. La comprensión compartida de lo que supone el concepto de justicia climática, por ejemplo, y el hecho de que el cambio climático afecta en mayor medida a las personas más vulnerables, obliga tambien al ciudadano, a tener que conectar la lucha por el clima, con muchos otros temas relacionados, como la lucha contra la pobreza, la lucha por la igualdad de género o por la equidad económica y social.

Estos numerosos movimientos cívicos y ciudadanos que están proliferando por todo el mundo, no solo están logrando elevar nuestra conciencia climática, sino tambien exigir a nuestros gobernantes y también a nuestras empresas, una mayor rendición de cuentas en cuanto a esta crisis medio ambiental.  Están posicionando la lucha contra el cambio climático como una prioridad en la agenda política y corporativa global.

De hecho, quizás uno de los fenómenos más esperanzadores es que todas estas organizaciones y movimientos ciudadanos se están integrando a su vez, en redes de acción trasnacional que pueden ser descritos como “movimientos de movimientos”.  Estos, gracias a los grandes y recientes avances tecnológicos de la comunicación, así como a la gran capilaridad de las redes sociales más allá de las fronteras nacionales, han logrado que estos movimientos consigan coordinarse y operar a nivel global, destruyendo así, barreras geográficas, limitaciones idiomáticas o culturales y aunando esfuerzos y recursos a nivel mundial.

En el avión que me trajo a Cádiz, hablaba con el señor del asiento de al lado, tenía unos 50 años, ejecutivo, inteligente, y charlábamos sobre esta misma preocupación del cambio climático.  Me sorprendió mucho su escepticismo cuando se preguntaba que qué podía hacer él como individuo, si tan solo era, en sus propias palabras, una persona insignificante y que al final del día, no importaba lo que hiciera el de forma individual porque nada cambiaria. Hoy les comento lo mismo que le dije a este señor en el avión,….   si algo he aprendido a lo largo de mi carrera trabajando con políticos y gobiernos de todo el mundo, es que nunca jamás, el individuo es demasiado pequeño, como para no marcar la diferencia.  Precisamente porque la forma más efectiva de lograr el cambio es a través del poder que nos otorga la democracia para sumar esfuerzos y presentar un frente colectivo. De hecho, si ha habido una constante que se repite una y otra vez, a lo largo de la historia, es que los grandes hitos que han cambiado el mundo, han sido siempre, el resultado de la suma de los esfuerzos individuales.

Necesitamos aprovechar este tipo de foros y pulpitos para llamar a la acción colectiva global, para exigir una total y completa transformación de las economías persiguiendo objetivos de competitividad, rentabilidad y beneficios, pero tambien que estos sean responsables y solidarios con el medio ambiente.

No podemos seguir simplemente rogándoles a los líderes mundiales que se preocupen. Me temo que no ha funcionado en el pasado y dudo que en este caso llegue a funcionar nunca. Las excusas se han agotado y tiempo no nos queda. Hemos de pasar a la acción. Salir a las calles, convocar manifestaciones, penalizar o recompensar con nuestras decisiones de compra, a las empresas, y con nuestros votos a los partidos políticos, en función a si toman o no, medidas ambiciosas y efectivas para luchar contra el cambio climático

Hemos de organizarnos e iniciar una movilización ciudadana como jamás se haya visto antes, porque en 1810, las cortes con su trabajo y posteriormente con la constitución, nos ensenaron que el verdadero poder le pertenece a la gente.

Lo que falta es liderazgo, un sentido de urgencia y un verdadero compromiso con una respuesta multilateral decisiva y categórica.  Nuestro voto, voluntad, ilusión y pasión como ciudadanos son nuestras armas más efectivas en una democracia participativa. Debemos apoyar a todos esos líderes, como la alcaldesa de San Fernando, que estén dispuestos a dar un paso al frente, quieran confrontar este gran desafío de forma frontal y sin pedir perdón por ello… debemos apoyar a esos líderes políticos y civiles que entiendan que luchar contra el cambio climático es tambien luchar por la democracia.

Todos, todos y cada uno de nosotros debemos convertirnos en activistas, trabajar dentro de los espacios institucionales,  para expresar nuestro descontento y para promover respuestas audaces y efectivas al cambio climáticos. Bien sea a través de las agrupaciones ciudadanas, de los partidos políticos tradicionales, de las organizaciones ambientales ya consagradas y o las nuevas organizaciones y movimientos ciudadanos de base que empiezan a emergen. Y si, ¿porque no?, cuando este tipo de acciones no sea suficiente, hemos de buscar fórmulas de participación no convencionales. Por supuesto, que estén siempre, dentro del marco legal y democrático de los países, me refiero a huelgas, manifestaciones, boicots, u otras muchas opciones más provocadoras y osadas. Como lo están haciendo algunos de los movimientos sociales como Fridays for FutureExtinction Rebellion, Movimiento por la Justicia Climática o el Movimiento por la Emergencia Climática. 

Hoy, tenemos ante nosotros un reto sin igual, una crisis y emergencia climática sin precedente y ha de ser tambien la oportunidad que necesitamos para, dentro de ese marco democrático, reactivar la sociedad civil, fomentar la participación ciudadana a niveles nunca antes vistos y entre todos: ciudadanos, empresarios, líderes, responsables políticos de este país, estudiantes, trabajadores, hombres, mujeres, niños, jóvenes y mayores... todos juntos, iniciar la mayor movilización ciudadana en la historia para así salvar el planeta.

 Esto se hace, siendo valientes, más proactivos y solidarios.  Se hace llevando a cabo una labor de comunicación y educación que empieza por nuestros propios hogares y pasa por las asociaciones, las cámaras de comercio, movimientos cívicos y ciudadanos, las empresas, las instituciones públicas y privadas, los ayuntamientos y los Gobiernos… solo así, podremos aportar una solución real a la grave amenaza que representa el cambio climático.

 Si amamos a nuestros hijos por encima de todo, no podemos seguir adelante como si no ocurriera nada. Les estamos robando su futuro. Como padres, hermanos, hijos o ciudadanos de bien, no se me ocurre ninguna otra forma más efectiva de demostrar nuestro amor y preocupación por los seres queridos que asumir el liderazgo en la lucha contra el cambio climático. Mostremos coraje al combatir ciertos intereses corporativos nefastos. Mostremos sabiduría y madurez al invertir en las oportunidades económicas responsables con el medio ambiente y el futuro. Seamos selectivos con nuestras decisiones de compra y apoyemos a las empresas que SÍ son responsables.  Y mediante nuestro voto, apoyemos tambien a los candidatos garantes del medio ambiente y que estén pensando en las próximas generaciones y no solo en las próximas elecciones. Como ciudadanos ejemplares, mostremos compasión al preocuparnos por el tipo de mundo que construimos juntos para nuestros hijos y las generaciones futuras.

Hace 209 años pusimos aquí en Cádiz, la primera piedra para que el país eventualmente pudiera gozar de un sistema democrático pleno, incluyente y universal.  Gracias en gran medida, a la inmensa labor de los diputados que con su trabajo, convicción, ilusión y pasión nos dieron las herramientas necesarias para que hoy podamos ejercer nuestro deber civil como ciudadanos de una democracia fuerte y participativa.

Hoy, nos enfrentamos a una emergencia sustancial y global y nuestros líderes tienen la obligación de hacer cambios radicales. Pero el cambio no sucede generalmente de arriba hacia abajo, ocurre cuando millones de personas exigen cambio desde abajo a los de arriba.

 ¡Ha llegado el momento de ejercer un nuevo liderazgo para retomar las riendas de nuestro propio destino, utilizando precisamente, los derechos que, gracias a las cortes de Cádiz, nos ha dado la constitución y nuestro sistema democrático!  Salgamos allá afuera, reivindicando esos valores y ese espíritu de las cortes de 1810, esos mismos valores que cambiaron el modelo de estado y otorgaron por primera vez, derechos a los ciudadanos y depositaron la soberanía en el pueblo.  Salgamos allá afuera, todos, juntos, como sociedad civil, para librar esta gran batalla contra el cambio climático y protejamos la vida en el planeta.  Hagámoslo por nosotros y por las generaciones futuras.

¡Salgamos allá afuera y juntos cambiemos el mundo! La causa es noble… y lo merece".

Intervención de la alcaldesa

La alcaldesa Patricia Cavada fue la encargada de cerrar el acto institucional y durante su intervención defendió la necesidad de dedicar este 24 de Septiembre de 2019 a una problemática tan delicada y tan de actualidad como es el cambio climática, así como enumeró las distintas acciones que desde la política local se están desarrollado desde el Ayuntamiento de San Fernando en este sentido. El discurso completo de la alcaldesa es el siguiente:

"Cada año el 24 de septiembre, conmemoramos entre otros acontecimientos acaecidos este día, el aniversario del juramento por parte de los diputados de la Cortes Constituyentes de 1810 (cuando la ciudad era capital de España por la invasión francesa del país), juramento que se produjo a las nueve y media de la mañana del 24 de septiembre de 1810, en la Iglesia Mayor, recreada en un magnifico cuadro de José Casado del Alisal expuesto en el pleno del Congreso de los Diputados.

Para la ciudad ha tenido siempre una concepción de fiesta con valor histórico  local y nacional, celebrándose con actos culturales, gastronómicos, deportivos, desfile de Fuerzas Armadas y recreaciones de los combates de la época...

Y, aunque nunca debe perder su carácter de celebración, no debemos olvidar que los Diputados que participaron ese día lo hicieron en un contexto de entorno bélico, con el acoso de las armas, de enfermedades, de escasez… realizando un enorme sacrificio para traducir sus ideas y convicciones en Artículos que nos proveían de Derechos, de progreso, abriendo las vías de la ciudadanía como concepto político.

San Fernando ha ejercido en sus más de 6.000 años de experiencia como territorio con conciencia social. Por ello, el 24 de septiembre es un día de fiesta, un día de celebración, pero es sobre todo un día de reivindicación.

Donde la acción, la formación, la reflexión y la reivindicación se encuentran en una respuesta Política real, profunda, activa, protagonista en los cambios que la sociedad necesita y reclama.

La historia nos demuestra que el ser humano ha necesitado siempre un gran horror y destrucción para producir un cambio disruptivo en sus políticas internacionales. Se necesitó que varios dictadores cometieran los crímenes más horrendos, millones de muertos y una Guerra Mundial para que se extendiera la Democracia como sistema político. Se necesitó que se lanzara la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki para que llegara el período más largo de paz. Años de atrocidades, millones de asesinatos y guerras civiles para que se aboliera la esclavitud y se declararan los derechos humanos y de ciudadanía. Han sido siempre acontecimientos de gran dolor y sufrimiento los que nos han llevado a cambios ideológicos que cambiaron las cosas de verdad.

El colapso climático es el gran problema al que se enfrenta hoy la humanidad. “Es probable, como reclama la Doctora Debra Roberts, que los próximos años sean los más importantes de la historia humana”.

¿Cuántas muertes necesitaremos en esta ocasión?, en este momento trascendental de la humanidad, como consecuencia de desastres naturales, para que desde la política nos obliguemos a impulsar acciones que implanten de forma urgente infraestructuras 100% renovables que abandonen toda energía que provenga de combustibles fósiles.

Solo en este último mes, en Estados Unidos hay más de 1.300 desparecidos por Dorian, un huracán de una fuerza jamás conocida, o en España estas últimas semanas con la gota fría más fuerte de nuestra historia con 6 fallecidos. Cuántas tragedias más necesitamos para reaccionar de verdad.
Ahora se están abriendo nuevos futuros en los que se producirán cambios enormes. Estamos viviendo en la transición de un mundo viejo hacia uno nuevo que se está diseñando a gran velocidad, con consecuencias sociales impredecibles en todos los campos de la vida humana. Pero si bien todos estos cambios radicales de nuestra forma de vida podrán tener una respuesta política en su momento para compensar los posibles efectos negativos, el cambio climático no puede esperar a que se tomen medidas cuando lleguen sus efectos más devastadores. Es ahora cuando estamos obligados a actuar.

Como Alcaldesa, desde el gobierno municipal, compramos vehículos híbridos, nos esforzamos por conseguir etiquetas Eco, cambiamos a bombillas leds, transformamos la calefacción de las piscinas públicas por combustibles bio, ponemos placas solares en los edificios públicos, incorporamos incentivos fiscales, creamos las concejalías de Acción por el Clima y Transición Energética, hacemos regulaciones y fomentamos el reciclaje.

Pero soy consciente que estas acciones no son para nada suficientes, por lo que no dejo de tener presente siempre con este asunto, en mi cabeza, la maravillosa campaña de Greenpeace donde Zapatero, Merkel, Sarkozy ya envejecidos decían “Lo siento. Podríamos haber detenido el catastrófico cambio climático ... no lo hicimos”.

Para que los gobiernos reaccionen a nivel internacional es necesaria una transformación cultural y una amplia presión y apoyo de la opinión pública. De todos/as nosotros/as depende que se adelante ese cambio cultural. Porque el cambio climático pone en peligro la existencia de la civilización y afectará a todos los aspectos de la vida y en todos los niveles: seguridad, sistemas alimentarios, infraestructuras, población, energía, salud, ciclones, pobreza, incendios, sequías, inundaciones…

n los últimos años se ha producido una considerable transformación respecto al clima. Los movimientos de base y la acción directa están cobrando impulso. La respuesta humana ha comenzado a coger carrerilla a todos los niveles y, aunque sigue siendo insuficiente y muy por debajo del nivel requerido, sin embargo la sensación de urgencia aumenta cada día gestándose poco a poco un cambio cultural en la sociedad.

No menos cierto es que a la vez han aparecido ciertos retrocesos con la elección de gobiernos populistas, negacionistas del cambio climático y anticientíficos pero que están provocando en la sociedad por contraposición un efecto rebote positivo.
Necesitamos convertir la acción climática en nuestra principal prioridad y ponerla por delante de otras políticas a nivel internacional. Hace falta una movilización y cooperación a nivel mundial como nunca hemos conocido.

Albergo enormes esperanzas: el momento en que la población nos exija a los políticos respuestas ciertas está llegando de manera inevitable y la rapidez de las acciones podrá ser desde ese momento verdaderamente sorprendente. El apoyo social inducirá a instituciones y gobiernos poderosos a luchar contra el cambio climático.
Queremos levantar conciencias, fomentar un espíritu de reivindicación e informar de las acciones que desde los gobiernos locales debemos poner en marcha con urgencia.

Lo principal ahora es fomentar ese necesario cambio cultural para que, a su vez, se convierta en una clara prioridad en las políticas internacionales. Se hace imprescindible un replanteamiento claro y profundo, y un cambio de rumbo de nuestra cultura y orden económico.

Por ello, este año hemos decidido dedicar el 24 de septiembre precisamente a este hecho. Queremos levantar conciencias, queremos fomentar un espíritu de reivindicación e informar de las acciones que desde los gobiernos locales debemos poner en marcha con urgencia y, para ello le hemos pedido ayuda a Juan Verde.

Juan, muchas gracias por tu compromiso con este asunto y por haber cambiado tantas cosas para poder estar hoy con nosotros. Tu voz aquí hace que la nuestra tenga más fuerza y resuene fuertemente en muchas más conciencias. Gracias de corazón.
Es un privilegio contar contigo aquí, un firme defensor de las causas ambientales, la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático.

Sabemos que trabajaste mano a mano con Al Gore, el gran divulgador ambiental de esta última década.

Hoy todos y todas hemos podido escuchar a un experto mundial que se ha volcado en frenar esta lacra y en buscar soluciones a la emergencia a la que se enfrente nuestro mundo. Lo ha hecho por ejemplo a través de la puesta en marcha de acciones como la economía circular para la que organizó la I Cumbre de Economía Circular e Innovación celebrada el año pasado en España.

Nuestro invitado de hoy ha trabajado con presidentes y vicepresidentes de EEUU, con secretarios de Estado, ha asesorado a grandes multinacionales y hoy en día forma a líderes mundiales. Tiene la pasión, el conocimiento, la experiencia, los contactos y el compromiso necesarios para ser un referente en esta lucha que tenemos para garantizar un futuro a este planeta, por garantizar un futuro a los y las jóvenes que ya nos reclaman desde las calles que actuemos.

Tengo la esperanza de que si levantamos conciencias convertiremos la acción climática en una de las principales prioridades políticas.

El cambio cultural que proponemos tendrá que cobrar la fuerza suficiente para impulsar medidas de calado y de alcance internacional. Necesitamos a más personas como Juan, o como la joven Greta Thunberg, que nos digan a la cara a todos/as los/as políticos/as y a los hombres y mujeres más poderosos/as del mundo, que estamos fracasando ante el medio ambiente. Oblíguennos, sacúdannos por la solapa, ayúdenme, pónganlos en las encuestas en los primeros lugares, presiónennos porque no llegamos a tiempo, dígannos bien fuerte que necesitamos tomar medidas de calado, que quemar combustible es dañino y que no debe ser aceptable a corto plazo.

Hemos de proteger y sanar el medio ambiente globalmente y tratando las causas, en vez de curar los síntomas o trasladar geográficamente los problemas.

Hemos de desarrollar una nueva forma de economía que debe asentarse sobre un nuevo modelo de bienestar social y sostenibilidad.

Hemos de aplicar instrumentos de la política del medio ambiente eficaces y simples desde el punto de vista administrativo.

Hemos de transformar la protección de un factor de coste a un factor de beneficios.

Hemos de ecologizar todos los sectores de la política.

Necesitamos una respuesta pragmática, internacional y debe contener una nueva visión de la humanidad y del planeta.

Pero para lograr todo esto con urgencia necesitamos muchas voces al unísono.

Tengo la esperanza de que si levantamos conciencias convertiremos la acción climática en una de las principales prioridades políticas, pero depende de ese cambio cultural.

San Fernando es una ciudad con conciencia y, al igual que en su momento aquí declaramos la libertad de imprenta, el derecho de ciudadanía y libertad, no vamos a permanecer ajenos ante la encrucijada de la humanidad ante el reto climático.

El 24-S de este año buscamos alzar la voz y que se unan a la nuestra más voces. Nuestro futuro está amenazado, estamos ante un reto global al que hemos de dar una respuesta urgente.

De lo que estoy completamente segura, es que el cambio político que sin duda se producirá a nivel internacional en este asunto, puede ser consecuencia de aprovechar el talento, la innovación, el compromiso y la responsabilidad, o puede ser consecuencia por desgracia, causa del dolor, el sufrimiento, muertes y catástrofes.

Dependerá sin duda que sea consecuencia de la primera de las opciones, de que consigamos ser con urgencia suficientes las voces que exijamos un cambio disruptivo en la política energética a nivel mundial.
Ayúdenme, Reclamémoslo juntos y juntas, Súmense sin reservas… Porque estoy convencida que si empujamos lo suficiente lo lograremos. Muchas Gracias".

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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