El ministro español de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, ha asegurado este lunes que "sin duda" España también dejará de vender armas a Turquía en respuesta a su ofensiva militar en el noreste de Siria, como ya han anunciado otros países del bloque, incluidos Francia, Alemania, Finlandia, Suecia y Países Bajos.
"Apoyamos con fuerza la idea de parar de vender armas a Turquía", ha anunciado Borrell en declaraciones la prensa a su llegada al Consejo de Asuntos Exteriores de la UE en Luxemburgo, donde discutirán imponer un embargo de armas a Turquía y otras posibles medidas para presionar a Ankara a poner fin a su ofensiva.
Borrell ha dejado claro que España y otros países "están fuertemente en contra" de la operación militar turca y ha avanzado que "sin duda, el Gobierno español está completamente a favor de no más ventas de armas a Turquía".
Aunque se ha mostrado cauto sobre la posibilidad de que se acuerde un embargo de armas de la UE en bloque a Turquía porque "no es una materia de la Unión Europea" sino "una decisión que compete tomar a "cada país en particular". "No puedo garantizar que harán los demás países", ha dicho, si bien ha confiado en que "la mayoría de países pare cualquier tipo de venta de armas a Turquía".
Al margen de paralizar la venta de armas, el todavía jefe de la diplomacia española, que se convertirá en el próximo Alto Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, ha avanzado que los Veintiocho abordarán "qué más se puede hacer", admitiendo una postura "muy generalizada" de "rechazo frontal y firme" a la ofensiva militar turca en el noreste de Siria.
"No tenemos poderes mágicos. Lo que podemos hacer es poner toda la presión posible para parar estas acciones. Creemos que no es la mejor manera de resolver las cosas", ha dicho Borrell, al ser preguntado sobre cómo la UE podría ayudar a parar la intervención turca.
Borrell ha culpado abiertamente a la Administración estadounidense de allanar la ofensiva turca, retirando sus fuerzas de la zona. "Si las fuerzas americanas no se hubieran retirado, el ataque habría sido imposible", ha afeado el ministro, que ha apostado por poner "el máximo de raciocinio posible" para responder a una situación "muy difícil", que además, "complica" la repatriación de los familiares de yihadistas de nacionalidad española en la región. "Naturalmente que lo complica", ha remachado.
El jefe de la diplomacia española ha rechazado avanzar si cree que Turquía podría invocar la cláusula de defensa colectiva de la OTAN en caso de ser atacada por las fuerzas sirias del régimen de Bashar al Assad. "Cada día tiene su afán, cada día tiene su problema. No me ponga en hipotéticas situaciones", ha dicho.