El fútbol como integración, el fútbol como visibilidad de un continente asolado por las guerras, las miserias, las enfermedades, los problemas múltiples. El fútbol como herramienta de acogimiento a aquellos que, en patera o de mil maneras distintas, abandonan sus casas, rompen sus familias buscando un futuro que ansían sea mejor. El fútbol que, en Jerez, tiene Alma de África, un proyecto solidario, a través de un equipo de fútbol que milita en la última categoría,en Tercera Andaluza, y que nació para dar cobijo a aquellos africanos que los fines de semana se reunían en un lugar determinado de la ciudad para dar rienda suelta a su gran pasión, el balón. Los vio Alejandro Benítez, ex jugador del Xerez CD, habló con ellos y hace cinco años se creó el equipo Alma de África, con africanos y algunos españoles que sirven para completar la plantilla y ayudar a los recién llegados a su integración.
Una integración que va más allá de entrenar martes, miércoles y viernes a partir de las 8.30 o 9.30 de la noche y jugar los domingos, ya que se pretende colaborar con todos los problemas que existen, como con ese proyecto que lidera la Fundación de los Innovadores de la Naturaleza para montar un pozo de agua en una aldea de Senegal porque “tenemos un jugador, Iván, de Camerún que lleva un par de años con nosotros y su mujer, Ornella, vino hace una semana porque lleva muchos años dando conferencias y trabajando en proyectos como este del agua, que es el principal problema de la emigración más que el tema de la alimentación. Hay falta de agua y además es de mala calidad. La intención es sensibilizar a Europa de ese problema y, al mismo tiempo ella pretende, con esa Fundación, que los jóvenes africanos emprendedores efectúen sus proyectos en sus propios países y no tengan que salir hacia Europa”. Algo que también pretende Alma de África ya que “los chicos que llegan tienen su primer contrato y eso les sirve como un documento para tener el derecho de arraigo y poder conseguir en tres años sus papeles y estar en regla, como ya lo está Iván que trabaja en una empresa de limpieza de coches. Aquí en Jerez, afortunadamente, la red funciona estupendamente con las ONG y se les busca acomodo a estos chicos y nosotros intentamos que puedan volver a sus países para montar escuelas de fútbol, que se saquen carnets de entrenador y vayan a sus países a enseñar, sabiendo que los entrenadores españoles son los más buscados por todas partes”.
Con todo, el gran reto de Alejandro Benítez, como cabeza visible de este proyecto “al que le dedico las veinticuatro horas del día” es “seguir luchando día a día por la formación laboral de los chicos, para que aprendan nuestro idioma, para que se hagan con un currículum y consigan un trabajo” y su sueño es que “en cada comunidad autónoma haya un Alma de África. Que se haga visible en todas las partes la realidad africana, que haya una integración del emigrante para que pueda retornar con las enseñanzas aprendidas y exportarlas a sus países. En toda España hay emigración no solo en Andalucía o en Jerez y hay que seguir apostando porque merece muy mucho la pena”. Alejandro ha tenido en su casa, con su mujer y a sus hijos, a emigrantes por unos días hasta que han logrado encontrar acomodo en una de las casas de la red de que trabaja con ellos”.
Con naturalidad
Hace un par de años se dio una caso de racismo en un partido de Alma de África “que aún está en los juzgados” aunque la realidad es que “si existen, son casos muy aislados, muy puntuales, siempre está el inconsciente que los provoca, pero la realidad es que hay que agradecer que en todas partes nos ven con naturalidad, los más pequeños hablan con nuestros jugadores y se ve esa integración de los ciudadanos con este equipo. Cuando vamos a esos pueblos de la provincia a jugar siempre dicen que llegan los africanos y lo ven como algo normal, lo que es positivo porque el fútbol es universal y de hecho ellos, los africanos, lo viven con mucha más pasión que nosotros”.
