El municipio de Jubrique, situado en la Serranía de Ronda, se prepara para su ya tradicional Concurso de Aguardiente que se celebrará el 28 de diciembre, siendo este año su séptima edición.
Durante esta celebración, los participantes elaboran el aguardiente en la plaza del pueblo con sus propios alambiques. Después, estos licores son catados y premiados por un grupo de expertos. El objetivo de esta fiesta es rescatar y fomentar el producto artesanal.
Así lo ha anunciado el diputado de Turismo Interior, Cristóbal Ortega, junto al alcalde de Jubrique, Alberto J. Benítez; la Teniente Alcalde del municipio, Nila Ramírez, y el segundo Teniente Alcalde, Juan C. Rubio, en la presentación del VII Concurso de Aguardiente.
En este concurso participan los habitantes del municipio y alrededores, pero está abierto para todo el mundo. Este año, como novedad, participará una destilería de Rute (Córdoba). Todo el que quiera apuntarse podrá hacerlo hasta el día del concurso en el Ayuntamiento de Jubrique. La apertura de esta fiesta tendrá lugar a las 12:00 horas y a las 12:15 comenzarán las destilaciones de aguardiente.
A lo largo del día se hará una ruta por el pueblo amenizada por la charanga Los Solfamidos, con la posterior actuación del grupo Latidos a las 16:30 horas. Por último, a las 17:30 horas se hará una degustación de buñuelos con chocolate y aguardiente, y a las 19:30, la entrega de premios del concurso, con lo que se clausuraría esta fiesta.
El día anterior, el 27 de diciembre, se realizará una jornada formativa de destilación en horario de 10:00 a 13:00 horas y de 16:00 a 20:00 horas. “Son bastantes interesantes para aquellos que quieran recordar esos estudios de física que se hacían en el colegio”, según ha declarado el segundo Teniente Alcalde.
El aguardiente en Jubrique es una tradición que se remonta al siglo XVIII, cuando unas tres cuartas partes de los campos del municipio eran viñedos. Se conoce que durante aquella época llegó a haber unos 70 alambiques repartidos entre el pueblo y sus alrededores. Desde aquel entonces el licor es reconocido por su calidad en muchos puntos de la geografía, hasta el punto de que para referirse al pueblo, los foráneos lo hacían como ‘Jubrique el del aguardiente’.
Con el paso de las décadas, la llegada de la filoxera y con el trabajo de elaboración y comercialización de este licor en manos de destilerías profesionales, la actividad se vio gravemente mermada. En este punto cabe destacar que en los últimos años, posiblemente debido a la puesta en marcha del concurso de aguardiente, varios vecinos se han animado a comenzar a destilar lo que, sin duda, contribuirá a perturbar en el tiempo el proceso de elaboración tradicional de este licor.