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Cádiz

¿Restos fenicios en las Catacumbas del Beaterio?

Eugenio Belgrano nos habla sobre los futuros proyectos que tiene en mente para las catacumbas y de las experiencias paranormales allí vividas

Andaluc�a Informaci�n
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  • Catacumbas del Beaterio -

En la calle Valverde número 3 en Cádiz se encuentra un portal hacia el pasado, en concreto al Siglo XVII, durante el reinado de Felipe IV.

No es necesario entrar en un armario como ocurre en Las Crónicas de Narnia, ya que tan solo con bajar unos pocos escalones nos adentramos en las Catacumbas del Beaterio, fundadas en el año 1633 por María José Isabel, bajó la orden 3ª de San Francisco, y era el lugar destinado para los enterramiento de esta antigua orden de beatas terciarias franciscanas del Siglo XVII.

Tras la marcha de las Beatas, en el edificio se montó una empresa que enseñaba a las mujeres en riesgo de exclusión el arte de la costura, pero años más tarde, se derriba todo el inmueble, menos el panteón bajo, que era el lugar de enterramiento de la antigua orden de Beatas.

En el Siglo XIX se construyó un nuevo edificio, pero se conservaron las catacumbas, mientras que en la Guerra Civil varios vecinos se escondían en un hueco situado en el nivel más bajo del lugar, y también podría haberse usado como un refugio antiaéreo.

Hoy en día, las catacumbas son uno de los emblemas de la ciudad, siendo visitadas por más de 70.000 turistas.

Eugenio Belgrano es su arredentario, y nos habla de los proyectos que tiene en mente para la catacumbas.

“Teníamos en mente desde hace un tiempo excavar para saber que es lo que hay debajo de las catacumbas” y tras haber llegado a un acuerdo con una empresa de arqueología, para que lleven a cabo los trabajos oportunos.

“La idea es que los arqueólogos le den un toque científico al lugar, ya que la investigación que tenemos hasta el momento es documental, pero no una documentación de campo del sitio, por lo que ahora con este proyecto arqueológico queremos que hagan diferentes catas”, comenta Eugenio.

Las  catacumbas se encuentras cerca del yacimiento arqueológico Gadir, donde se encontraron vestigios fenicios de los Siglos IX y VII A.C, y también está próximo al Edificio de Telefónica donde en 1928 apareció el Sacerdote de Bronce con cabeza de oro fenicio que está en el museo arqueológico de Madrid”.

La idea de Eugenio es que “la gente pueda entrar en el Beaterio y a través de un suelo de cristal pueda ver lo que hay en el subsuelo”.

Aunque es cierto que “vamos un poco a ciegas, sabemos que es terreno virgen por lo menos desde el S.XV y S.XVI” ya que “no se ha construido nada”.

“A lo mejor no hay nada, es la apuesta que vemos interesantes por hacer para dotar al lugar de un contenido”, afirma.

La repercusión de las catacumbas del Beaterio no es solo a nivel local, regional o nacional, sino también en el ámbito internacional. Diferentes medios de comunicación extranjeros como la BBC, The Guardian, o el Canal Historia se han hecho eco en diferentes reportajes de la riqueza histórica del lugar.

Hasta el mundo de lo paranormal y lo indemostrable se ha interesado por las Catacumbas del Beaterio. La revista Enigmas se puso en contacto con Eugenio para visitar las catacumbas y “apareció por aquí un equipo formados por médicos, físicos, psicólogos, etc.”.

“Hablamos de personas serias y no del típico cazafantasmas”, puntualiza.

Eugenio señala que el equipo intentaba “averiguar por qué en algunos lugares de las catacumbas se pueden captar algunos tipos de sonidos, de lectura, que a priori no tienen explicación”.

“En ningún momento te dicen: esto es un fantasma”, comenta entre risas, pero se pone serio al afirmar que “en las catacumbas se escucharon varias psicofonías” y destaca una sobre el resto en la que se escuchaba a una persona decir de manera muy clara: “Por favor, ayudadme”.

“Yo estoy de testigo, no es algo que ellos se inventaran, vi como se disparaban los distintos sensores. Además ellos estaban flipando porque me decían que a lo mejor iban a un lugar durante todo un año y con suerte captaban algo” y sin embargo “llegaron aquí y en una hora no pararon de captar cosas”.

 

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