Andan las derechas desesperadas porque el coronavirus ha dejado en evidencia las miserias del modelo económico que han cabalgado. Andan estas derechas intratables y autoritarias sembrando el odio, azuzando el fuego y armando ascuas para ver hasta qué punto hay bosque dispuesto a ser prendido. Andan, en definitiva, buscando una alianza entre el miedo, la necesidad de seguridad de la masa atemorizada y la búsqueda de un chivo expiatorio. No quieren que lo que está pasando sea un ensayo.
Ellos, como siempre, lo quieren todo. Los errores que se están cometiendo en la gestión de la crisis sanitaria son de tres tipos: estructurales, coyunturales y de coordinación territorial. Los estructurales devienen de empobrecer sistemáticamente los servicios públicos, como es el caso de la Sanidad. Es la Sanidad pública, ni himnos, ni banderas, ni ejércitos, la que con un brazo partido y tras décadas de vaciamiento de recursos, está cohesionando esta España enferma. Sin embargo, malherida, se enfrenta con reducidos medios a una realidad para la que ningún país está preparado. Precisamente la falta de recursos y la velocidad con que se ha desatado la crisis, explican la mayoría de los errores de índole material, cómo es el caso de la falta de mascarillas, el insuficiente número de test, la escasez de respiradores, etc. La coordinación territorial va funcionando, si bien hay que decir que la lucha contra la pandemia es asimétrica y el uso torticero de la crisis en función de los colores resulta ciertamente repulsiva.
Me consta que las grandes decisiones sobre la gestión de la crisis están avaladas por criterios científicos, médicos, técnicos y profesionales. Todo lo cual, no obstante, dista de ser suficiente para quienes han tomado la decisión estratégica de utilizar la pandemia como plataforma de promoción política, como es el caso del PP y VOX. Estos hijos del Prestige, padres del accidente del metro de Valencia, carroñeros del 11-M, mentirosos de Yak-42, por citar algunos ejemplos de su patética capacidad de gestión de crisis, son los que ahora intentan aleccionarnos. Si a estas alturas el objetivo fuera el robo masivo a la sociedad española, sin lugar a dudas, los representantes de la derecha española serían los mejores asesores.
Pero no se trata de eso. Todo lo contrario, se trata de potenciar al máximo la capacidad para cuidar y cuidarnos. Y las decisiones de índole estratégica que deben tomarse para salir de esta crisis, sin dejar a nadie tirado, guardan relación con el necesario crecimiento de la Sanidad pública, el cuidado de nuestro mayores -no tenerlos aparcamientos para ancianos- o la renta básica.