Antes de que comience el Consejo Europeo, Zapatero, acompañado del belga Herman Van Rompuy y el húngaro Gordon Bajnai, presentará las líneas maestras que guiarán a la UE durante el próximo año y medio y el logotipo elegido por la troika de presidencias.
La reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete también será clave para España, ya que, si como se espera, el Tratado de Lisboa entra en vigor antes de fin de año, Zapatero será el primer presidente de turno de la UE que convivirá con la nueva figura de presidente estable del Consejo.
Según explicaron fuentes del Ejecutivo, como la República Checa todavía no ha ratificado el Tratado, no se espera un debate formal sobre candidatos para ese puesto y para el de Alto Representante de Política Exterior.
Sin embargo, no se descartan conversaciones de pasillo sobre los nombres aparecidos en las quinielas, como el ex primer ministro británico Tony Blair, el actual jefe de Gobierno holandés, Jan-Peter Balkenende; el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, o el ex presidente del Gobierno Felipe González.
Sobre los nombres concretos, la respuesta del Ejecutivo es un lacónico “no comment”, ya que España, aseguran en La Moncloa, no tiene candidatos.
Sí analizarán los líderes europeos la hoja de ruta para aplicar el Tratado de Lisboa en cuanto entre en vigor, una tarea que corresponderá en buena medida a España.
Desde el Ejecutivo garantizan que ofrecerán toda su ayuda a quien sea elegido presidente estable de la Unión –con un mandato de dos años y medio–, pero no dudan de que Zapatero mantendrá su protagonismo como presidente de turno porque liderará un semestre de transición.
Los Veintisiete también analizarán la fórmula diseñada para que la República Checa quede exenta de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE, requisito exigido por su euroescéptico presidente, Vaclav Klaus, para firmar el Tratado de Lisboa.
Junto a esta cuestión, el Consejo abordará de nuevo la lucha contra el cambio climático y cómo los países desarrollados ayudarán financieramente a los países en vías de desarrollo a reducir emisiones contaminantes.
Según apuntan las fuentes del Ejecutivo, es necesario que la UE llegue con un acuerdo a la cumbre mundial que acogerá en diciembre Copenhague, para lo que se deberán solventar las reticencias que plantean al reparto de cargas países altamente contaminantes.