El sector taurino se ha revindicado con un paseíllo entre la Plaza del Arenal y el coso jerezano en la tarde de este sábado ante las dificultades por las que atraviesan los profesionales a causa de los efectos económicos de la pandemia.
“Hay compañeros que están sufriendo serias dificultades porque no ingresan un solo euro desde octubre del año pasado”, indica Francisco Javier Sánchez Araujo, integrante de la cuadrilla de Morante de la Puebla y miembro de la Unión Nacional de Picadores y Banderilleros Españoles (Unpbe), que participó en una marcha en la que también pudo verse a los diestros Juan José Padilla y Víctor Janeiro.
Sánchez Araujo lamenta que el Gobierno central haya excluido a la tauromaquia de las ayudas económicas destinadas al sector cultural español, pese a que inicialmente todo apuntaba a que se podrían acoger.
Asimismo, confía en que se flexibilicen las condiciones para volver a celebrar festejos taurinos. “Hasta ahora, entre espectador hay que guardar una distancia de 9 metros”, señala, lo que hace inviable económicamente la organización de corridas por la limitación de aforo. “Parece que se va a reducir esa distancia a un metro o un metro y medio”, añade, “suficiente para que en una plaza de 14.000 personas se llene con ocho o nueve mil y, aunque perdamos algo, podríamos continuar con nuestro trabajo”.
Si bien el sector ha dado por perdida la temporada, el ritmo de desescalada despierta cierto optimismo. “Tal vez en agosto o septiembre” se pueda pisar albero, afirma Sánchez Araujo. Para entonces, habrá que resolver el otro frente institucional abierto.
Este, con la Junta de Andalucía, se centra en el debate sobre el borrador de medidas y condiciones particulares, con vigencia de un año, redactado por la Secretaria General de Interior y Espectáculos Públicos del Gobierno autonómico.
El texto, denuncia la Unión Nacional de Picadores y Banderilleros Españoles, “contempla la eliminación de un gran número de puestos de trabajo”. En concreto, fija para plazas de segunda y terceras categorías, y tanto en corridas de toros como en novilladas, la reducción en cada cuadrilla de un puesto de picador, un puesto de banderillero y el puesto del mozo de espadas, lo que supone un total de más del 40% de los puestos de trabajo de cada festejo en las cuadrillas.
El portavoz provincial del colectivo indica que esta medida complica la situación económica de los profesionales pero también afecta a la calidad de la lidia y al buen desarrollo del espectáculo, por lo que espera que haya una rectificación.