Los vecinos de la barriada de La Teja, al final de la avenida de El Colesterol, en la parte alta, están que trinan, especialmente los que tienen sus casas a pocos metros de un canal que se ha convertido en un “criadero de escombros” y en el hogar favorito de ratas y hasta de serpientes, sin contar con los malos olores del agua estancada que les acecha cada cierto tiempo cuando lleve. Así lo denuncia el presidente de la asociación vecinal de La Teja, Mario Vázquez, que ha perdido la cuenta del número de escritos que en estos últimos meses ha enviado tanto al Ayuntamiento como a la Junta de Andalucía para pedirles una solución.
El problema, como denuncia a Viva Jerez, es que las dos administraciones “nos dan rodeos” sin que al final ninguna tome cartas en el asunto ni asuma sus competencias. “A nosotros lo que nos dicen es que este canal pertenece a la Confederación Hidrográfica, a la Junta de Andalucía, pero resulta que ahora mismo esto (por el canal) no es de nadie”, señala, visiblemente molesto. De alguien tendrá que ser”, lamenta, indignado, después de que desde Medio Ambiente le hayan hecho llegar que no pueden limpiarlo sin autorización de la Junta.
En cualquier caso, como sostiene Vázquez, a ellos les da exactamente igual a qué administración le corresponde actuar, lo que quieren, o más bien lo que les urge, es que “se limpie el canal o lo cierren” para que la gente deje de utilizarlo como vertedero. “Aquí vienen por la noche a tirar la basura, la uralita, y los escombros, y al final esto se ha convertido en un vertedero más”, se queja.
En este sentido, el representante vecinal reconoce que está cansado de llamar a la Policía y que por allí “no aparezca nadie”, mientras prosiguen los problemas de salubridad en una zona en la que viven medio centenar de familias, si bien las más afectadas por la cercanía del canal no llega a la decena.
“Tengo dos niños y pago mis impuestos y no tengo por qué tener un gato en mi patio para que se vayan las ratas”, advierte, tras denunciar el abandono generalizado de su zona. “Aquí han empezado a venir a barrer por primera vez en 30 años hace unos meses, y cuando vienen a podar nos dicen que nos van a hacer un favor”. Vázquez no descarta incluso acudir a la vía legal.